30 de septiembre de 2010

NOTICIANDO / Cuarto Aquelarre en la Sech.

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Con una asistencia masiva de público se llevó a cabo el pasado martes la cuarta sesión de "Brujas en las letras y un Encantador", ciclo proyectado hasta fin de año, objetivo nada menor, pues sabido es lo que cuesta ingeniárselas para mantener vivo el entusiasmo del espectador en cualquier encuentro artístico.
En este caso, se ha logrado con creces. Testimonio de ello es la gran convocatoria que logra cada uno de estos aquelarres, cruzando, y esto es lo más importante a mi parecer, tranversalmente los estratos generacionales tanto de los exponentes, como de los espectadores.

Esta vez, tuvimos como "brujitas" a : Ana María Vieira, Carmen Gaete y a Carolina Quinteros. Como "encantador" estuvo Carlos Aránguiz, más la música de Gustavo Torres y Cia.
Mención aparte merece la sorpresa de la noche, a cargo de Marina Latorre: la presentación de Revista PORTAL BICENTENARIO, una lograda edición de esta publicación prodicida y dirigida por marina hace ya cuarenta años. Una "apertura", por decirlo de algún modo, se trasluce en las páginas de esta edición, manifestada en mayor espacio para la muestra poética y también, hay que destacarlo, para la difusión de encuentros literarios como el que ocupa todas las páginas centrales: la realización del ciclo de Aquelarres en la Casa del Escritor.

Como siempre nos lo hemos propuesto, a nosotros lo que más nos convoca son las letras, y por ello, esta muestra poética de dos de las exponentes de esa noche:

Ana María Vieira, de su libro "Por tan profundo":

EL SUEÑO DE LA DONCELLA
soneto


Por la ventana ha entrado un hombre muerto,
blanca la sien y en sombra desvelado,
mientras, la luna –ciega- se ha ocultado
bajo las luces, más allá del huerto.

A la doncella toma en cuerpo abierto
y la corteja con su brazo helado.
Sueño del agua, sueño del amado
en este engaño del que todo es cierto.

El cielo entero goza y se estremece
cuando en amor disfruta que la bese.
Como una brisa queda deshojada.

Despunta el día. Ella se ha dormido.
Todo en su alcoba se ha desvanecido
menos la huella roja de una espada.


Y de Carolina Quinteros:


LLUEVE

Esta tarde,
llueve quieto, llueve amargo,
llueve a cristales escarlatas,
a girasoles, a noruegas tardes de otoño…

Llueve viento, llueve cóncava tu mano.
Estás lejos…Hueles muerto.
Y la lluvia también huele a fantasía,
a dolor eterno.
Y la lluvia cae, gime garúa, gime mío.
Gime el viento, gime la lluvia.
Llueve en la catedral y en la iglesia allá del campo.
Llueve a cemento, a mármol de tu risa, de tu llanto mudo.
Y gime como entonces, emancipada mi templanza
Y la lluvia, llueve a jirones de mortaja,
de locura y sinrazón de esperanzas…
…Llueve mi alma y mi entraña…
Llueve como entonces, la tarde aquella.

Ahora, los invitamos a ver lás imagenes para que se hagan una idea de lo acontecido aquella noche!


Fotografías: gentileza de Yasmín Fawaz y  Lichazul.

4 comentarios:

Lila dijo...

Ohhhhhhhh... me encantan tus crónicas, gracias querida Amanda.

Abrazos.

Lila Magritte dijo...

Querida Amanda, saludos y gracias por la difusión, la crónica siempre lista y la amistad que tiende puentes reales y virtuales.

Unknown dijo...

Gracias a ti Lila, por tu coherencia y por estar siempre presente en esta tarea de crear redes para el apoyo, difusión y creación de la literatura y cultura en general.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

TAN LINDO TODO COMO SIEMPRE!!