31 de marzo de 2008

NARRATIVA / Alvaro Correa





El piano

Una vez, previo al colonialismo en el ultimo sur del mundo y angosto, bajo las araucarias los últimos indígenas disueltos en el azul profundo como su geografía, escucharon el rumor de inexplicables cantos no de hombres; descubrieron que venían del lugar que estos ariscos y agresivos visitantes ocupaban cuando llegaron con hechizos que mataban a las familias sin mas remedio que la resignación.
Luego de ser descubiertos en su asombro y confusión, fueron invitados, casi arrastrados a ver este espectáculo de la locura en el aire; cuando vieron aquel extraño ser de tres patas como incompleto, dominado por una mujer rubia casi transparente, sin gestos, llegaron a creer que se los echarían encima, algunas indígenas corrieron con sus bebes en los brazos, uno de los ancianos pronosticó que estaban a la entrada de algún averno al que serían empujados por estos hombres, pero las bellas y tristes melodías a ratos los hacían dudar y tranquilizar. Cuando desalojados y reprimidos de preguntas en los ojos fueron acordando juntar a los sabios y hombres fuertes que se sentían aludidos, en 2 días y noches discutiendo, con esas abominables voces de fondo concluyeron que los ariscos hombres habían profanado los restos de algún Dios olvidado y este, a merced de los hombres de corazón de bestia, se encontraba obligado y de entrañas abiertas a expresar como lo hacia sus cantos y todas su voces, la pena y confusión bajo el sufrimiento.
Los últimos sabios acordaron no rescatar a este dios cercenado, ya que, en esta tierra era muy pesado para llegar a su cielo, tenía un idioma indescifrable, carecía de todas las fuerzas de un dios, tampoco sabían que tipo de dios era, para que los hombres de la desgracia le apresaran y torturaran. Tal vez, él los había creado.


Alvaro Correa

Publicado en La Mancha número diez.

26 de marzo de 2008

POESÍA / Francisca Briceño


¿Qué será del mañana?

Eternamente vuelvo a lo mismo.
Recuerdo cuando me hiciste sentir
como una niña en tus brazos.
Mi felicidad, tu felicidad
¿Algún otro elemento?
Aquella ternura que sólo tú sabes moldear
me traslada al punto exacto donde se aloja mi debilidad.
Cautivas mis sentidos formando de esto algo asombroso.
¿Mi temor?
Que merodees sólo por esta travesía,
sentir que estás al borde del precipicio.
¿Mi alegría?
Sentir que estás,
que eres mío.
Y próximo de esto,
¿qué más me importa?
Sólo tú y yo, una melodía.
Aquél contacto que lo precisó.
Ya eres parte de mí.
Hoy siento dulcemente que te quiero
no obstante... ¿qué será del mañana?

Amélie

Publicado en La mancha número nueve

Dibujo: Gustavo Otero
Del libro ESTA BOCA ES MIA

25 de marzo de 2008

POESÍA / Frans Gris




Se me viene la noche en un largo murmullo
de grillos y trenes
Hay en ella lejanas aguas
alas
voces de peces
Y un ligero perfume a luna nueva

Camino

llevo entre los ojos un tardío tiempo de luciérnagas
un silencio
un amado nombre de lirios anotado en las manos
Mi viejo manto de caminante
huele a patrias lejanas y a tierras.
Llevo en mi boca un resonar de fraguas
un calor de hierros
un gemir de arados

Escarbo en mis viejos cuadernos
ventanas abiertas a soles de noviembre
para encontrar las antiguas palabras abro mis recuerdos
como si fueran un libro de poemas
como párpados de niños asombrados
como bocas buscando labios.

Para buscarte he dejado
clavado en un madero mi vieja gorra marinera
y mis ojos se abren a los tuyos
como si fueran largos caminos en ruta a la Vida
a la Luz
a la placidez crepuscular y lenta
que ya nos espera más allá de la tarde.


Frans Gris / Julio del 2007

Publicado en la Mancha número nueve.
Dibujo: libro de poesía Pehuén

24 de marzo de 2008

NARRATIVA / Rodrigo Kuhrt



SE PRECIPITA UN ARCÁNGEL EN SU INTERIOR

Para la pequeña Charlotte, Claude era definitivamente, su superhéroe favorito.
Jamás olvidará esa tarde en que Claude se lanzó a volar desde la ventana del noveno piso, como tampoco olvidará jamás, aquella extraña sensación que la entumeció de golpe, y que la llevó a comprender que Claude, su padre, su héroe, había perdido de forma irreversible sus poderes.
Claude amaba a su pequeña hija, tanto, que no caía en vacilaciones al pregonar insistentemente. "yo mataría por mi bella Charlotte".
Hasta que llegó el fatídico día en que debió cumplir con su palabra. Ante el mirar entumecido de Charlotte, ante su joven cuerpo recientemente ultrajado, Claude logró ultimar al despreciable sicópata y lanzarlo desde la ventana del noveno piso
Aquella fue la tarde en que Charlotte dejó de creer en superhéroes y modificó todo su cuerpo, toda su existencia para contener en su interior el trayecto vertiginoso de un arcángel que a partir de entonces, no cesaría de caer.


Rodrigo Kuhrt
Publicado en La Mancha número nueve

19 de marzo de 2008

POESÍA / Nelson Tobar




14 DE JUNIO DE 1815

Ha ocurrido una fantasía. Algunos camaradas gritaron.
¡Ha estallado una estrella!
Cerraron sus tiendas. Escribiré por intervalos.
Lo que la luz del relámpago permita. No debemos ocupar ni un solo fósforo.
Es noche gélida ¿Trataré de narrar lo inefable? Ja.
Me ha despertado esta luz del Cosmos.
El mirlo recitaba una canción de lluvia. Luego, silencioso, posóse en la vid seca.
Entonces vino el trueno. Mi brújula colapsó.
Pensé que el cielo se rasgaría.
O que ya no existiese el Tiempo.
Esperé bajo mi frazada.
Los seres humanos corrían a las cavernas.
(Hay luz en la tienda del capitán).
La noche misma despertó. ¿Hubo música?
La lluvia cayó como un mar. Diluíase el aire. Se respiraba luz.
Empapado el mirlo volaba. En un torbellino.
Un relámpago apuró la marcha de las nubes.
El mirlo se ha ido con una hojarasca.
Rectaba aún.
La tierra ha rotado sobre el sonido del trueno. Cerré los ojos.
Una consonancia, a la vez una disonancia.
(…)
Duermo…en el umbral de mi toldo. He despertado de pie.
Duermo… ahora entre las ropas.
Los seres humanos corrían a las cavernas.
Un último relámpago. Lejano.
El trueno estremeció el horizonte montés.
He podido ilustrar aquél momento.
Por lo pronto creed.

Nelson Tobar.
Publicado en La Mancha número 5

16 de marzo de 2008

Poesía / A SOLAS / Javier Torres



A solas, en mi dormitorio…


Veo un caballo negro
dentro de una ampolleta encendida
que galopa intentando romperla de una coz.
Observo sus movimientos
de viejas huestes
mientras me tiemblan los labios.
Ha extraído una hoz de su crin
que raya el fino cristal de luz
produciendo un ruido espantoso
que conmueve mi alma
sobresaltándola.
Y un ruido de horror
se hace en mi cuarto.
Y tengo demasiado miedo
como para escapar
o quitar la vista
de tan horroroso paisaje
petrificado ante la presencia de la muerte.
Y el tiempo del tiempo se detiene
y todas las aves del cielo
se inclinan al sol
para quemar la prisión
de las almas
con sus alas
perfectas
de luz.
Y entonces:
un clavecín ha comenzado
a tocar
una melodía
que mis oídos
jamás nunca antes escucharon
Como el ruido
de un delgado vidrio roto
masticado
por la muerte.



Javier Torres

Publicado en La Mancha 8

Dibujo: Amanda

13 de marzo de 2008

Poesía / A CRISTOBAL / Daniela Lobos





22 de Febrero del 2002


Hoy desperté aquí,
con mis gritos de infancia
con las casitas tristes,
las mismas luces
las mismas veredas gastadas
por el tiempo y la pobreza.

Volví a este lugar
queriendo rescatarme,
mas, sólo encontré rostros cansados,
manos abatidas
corazones silentes,
y nuevamente las mismas casitas
una y otra vez,
descascaradas,
como los hombres sucios
como las mujeres,
frente a un futuro que no existe
para nadie.

Hoy desperté aquí
para compartir contigo
un poco de mi historia,
la de tus abuelos,
la tuya...
Y me voy, con las manos vacías,
con el vientre lleno,
con la desazón de los otros,
tu esperanza, tus latidos
y mi melancolía.


Para Cristóbal, al que aún no conozco más que en mis sueños.
Mama.
Publicado en la mancha número nueve
Dibujo: Amanda

11 de marzo de 2008

Poesía / DEUDAS DE JUEGO / Arjé



Deudas de juego


Mañana será otro día
y quizás florezcan los manzanos
o quizás el rocío disimule mis lágrimas
pero estoy dispuesto a pagar el precio de vivir,
de respirar el aire frío de la mañana,
de implorar cada tarde al último rayo de sol,
para poder reconocer en las sombras
las figuras dulces de la felicidad.


También incluiré en mis deudas
cada segundo en solitario
que me ha dejado
ora sabiduría, ora melancolía,
y pagaré gustoso el precio
para luego mirar atrás
y zurcir de mi corazón,
las heridas profundas
supuestamente incurables.


Entonces desahogaré mi alma presurosa
en la eternidad,
casi eligiendo el minuto del adiós
y contaré los segundos imperecederos
de cariño y afecto
que alguna vez me dieron sinceramente,
y golpearé mi pecho
por aquellos que ni cuenta yo me di.


Sólo entonces, quizás perdone
antes no hay perdón, ni olvido,
pero estoy dispuesto a pagar el precio.


Arjé
Publicado en La Mancha número nueve
Ilustración: Gustavo Otero
Del libro ESTA BOCA ES MÍA

8 de marzo de 2008

Poesía / COSAS / Manuel Celis




COSAS


Hay tantas cosas
que no puedo describir
cosas que fallecen al sol
cosas que brillan como guirnaldas
tu pelo dormido sobre la arena
un par de abejas amarillas
un oscuro encantamiento
que inunda mi estómago
de breves pulsaciones
como un zumbido
de alfileres azules.

Cosas que exploran
en el fulgor de tus labios
y en el extremo de tus maneras
cosas que no puedo sostener
el torpe beso de las luciérnagas
que se posan en tus senos
durmientes de espuma.

Cosas que estallan
cosas que desaparecen
cuando no estás
la ilusión de tu cuerpo moreno
que cae como un eclipse húmedo
por las paredes sonámbulas
de esta ciudad
y la sombra de tu alma refugiada
en el exilio de mi corazón.




Manuel Celis
De su libro AIRE ÍNTIMO

Ilustración : Amanda Espejo

7 de marzo de 2008

Poesía / MOSAICO / Paloma Luz Echeverría


MOSAICO

Ídolos de oropel bruñido

Sepulcros vivientes

Masas sin levadura

¡Vuélvanse!

El camino está a la diestra.

Almas sin luz

Estériles mentes del futuro

Cuerpos vanos de conciencia

Dirán:

"No supimos, no nos dijeron".

Amadores de Hombres:

la bestia domina todo por conseguir el azul.

¡Mienten!

El odio se transmite por televisión, por radio,

va de boca en boca.

Germina la maldad.

La calamidad tapiza las ciudades:

es la BATALLA FINAL.

De las ruinas debemos rescatar

el emblema de amor que dejó de representarnos:

tu sangre y la mía,

mezcla ardiente y valerosa.

¡Que fiasco!

Para lo bueno, el seso duerme.

Paloma Luz Echeverría

Grupo La mancha

Publicado en La Mancha número tres y en la Muestra Itinerante LOCALES

Dibujo: Gustavo Otero, del libro ESTA BOCA ES MÍA

Poesía / CORTITOS / Cristhian Téllez




KRONOS

M
i reloj ya no marca las dos

Me faltas tú
o le falto yo.

¿Mi música?

Destemplada en Si
Carente de Sol








DE BOLSILLO

D
iez, veinte, treinta,
¡Una de cien!

Y un botón.

Quiero volar
Con lo que tengo.

Cristhian Téllez

5 de marzo de 2008

Narrativa / BERNARDO ASTUDILLO/ Metamorfosis.


Julia tiene la tendencia a equivocarse cuando me llama. Por razones incomprensibles me confunde con Hernán, aunque Hernán se encuentra muy lejos y desde hace mucho tiempo no sabemos nada de él. Julia lo sigue recordando, sin dudas, y esto, acompañado por el dolor que me ocasiona su confusión, me han llevado a odiar el recuerdo de Hernán. Nada personal, me digo, pero sé muy bien que esta es una manera velada de odiar a Hernán.
Creo que son diez o quince años que no lo veo. Mamá tiene vacíos temporales que sustituyen la memoria. Ella, generalmente, lo recuerda tácitamente, con miradas, con suspiros, con alguna lágrima furtiva, evitando que yo la vea. No puedo evitar que esas expresiones mellen mi tranquilidad y resignación.
La verdad, la desaparición de Hernán fue un beneficio para mi vida, una regalía que no tiene nada de mezquino si consideramos que Hernán representa lo opuesto a mí mismo. Por añadidura me llegó Julia, sus besos y caricias, su cuerpo, sus pensamientos. Algo me dice, sin embargo, que no poseo todo de ella. Me falta su alma, esa alma que todavía recuerda a Hernán. ¿Cómo combatir a un rival invisible, habitante de los recuerdos, de las miradas y de los suspiros? Con todo, mi vida es apacible, de una tranquilidad envidiable. La rutina hace que uno se convierta en un ser mezquino e innoble, aspirando sólo a mantener su statu quo sin que nada interfiera. Debo aclarar que este estado de vida conviene a mis necesidades básicas, desdeñando todo lo demás. No soy excluyente con respecto a los recuerdos, pero mientras más lejos esté la memoria de Hernán, más tranquilo y a salvo me siento.
Pero esto es aparente. Hernán todavía vive dentro de mí como vivía en otro tiempo, cual parásito asqueroso. Me alegro de que se haya ido de nuestras vidas, aunque esto no sea un pensamiento noble. Pero, ¿quién me exige nobleza de pensamientos? Julia ignora todo. Mamá intuye algunas cosas, aunque difícilmente pueda comprobarlo. En una palabra, estoy a salvo.
Julia me llama Hernán. Es una confusión suya, pienso. Julia amaba de veras a Hernán, todavía no lo olvida. He hecho lo imposible por arrancarle el recuerdo, pero aún sigue vivo. Supongo que Hernán está en otra ciudad, en otro país, qué sé yo. Durante estos diez, quince años, he recibido dos o tres cartas suyas, todas fechadas en ciudades distintas, en países distintos. Buenos Aires, Montevideo, Madrid. Supongo que está en España. La verdad, no tengo ninguna seguridad, aunque mamá tiene la intuición de que Hernán está más cerca de lo que imagino. No sería raro encontrarlo de repente en la calle, pero yo lo dudo. De ser así, ya hubiera aparecido.
La lejanía de Hernán me entregó a Julia, lo cual debo agradecer profundamente, ya que Julia representa para mí un sueño hecho realidad. Mujer como ella es difícil de encontrar. No es una belleza común, una modelo de revista, pero sí una mujer apreciable y valiosa como ser humano. Si sólo dejara de llamarme Hernán…
Una manía suya, pienso. A veces mamá también me llama Hernán, confundida y dejándose llevar por el ejemplo de Julia. Creo que cambiaré mi nombre para evitarles la molestia de tratar de recordarme y dejaré de ser yo para convertirme de una vez por todas en Hernán.
He tomado este acuerdo pensando en el bienestar de la familia, para evitar dolores innecesarios.
Finalmente lo he hecho. Un sencillo trámite de dos meses en el Registro Civil, unos cuantos papeles, algunas omisiones, una firma falsa, una fotografía para el carné, la fecha de nacimiento de Hernán, etcétera.
Ahora oficialmente me llamo Hernán. Tengo carné nuevo, cara nueva, carácter nuevo. Ahora soy Hernán, finalmente.
Cuando llegue esta tarde a casa seré recibido como Hernán y nadie mencionará mi nombre. Se habrán olvidado de mí.
Sólo espero que Julia algún día me recuerde como antes se recordaba de Hernán, y tal vez entonces, llevado por el mismo instinto de salvar la salud mental de la familia, el nuevo Hernán decida cambiar su nombre y tomar el mío como disfraz.

Santiago, 12 de octubre de 2005
Dibujo: Marco Antonio Sepúlveda


LA ZAPATILLA / ADOLFO CEOP , nueve años.


EL CHANCHO Y LA GATA

De todos los animales de la granja, un chancho y una gata eran los mejores amigos; siempre se cuidaban como dos hermanos.
Colorín - que así se llamaba el chancho -, todas las mañanas sacaba a pasear a Romané sobre su lomo. Los demás animales se burlaban de ellos porque, ninguno seguía su ejemplo: todos se peleaban por la comida, por el agua y hasta por el espacio.
Un día, un cazador de chanchos que ya le traía puestos los ojos a Colorín, estaba acechándolo en medio del pastizal, pero, su amiga Romané le advirtió del peligro y se fueron por otro camino. Por un tiempo dejaron de salir a pasear y se olvidaron del cazador.
Un día, confiados que el cazador no volvería, se fueron hasta el río para bañarse, sin sospechar que el cazador les espiaba preparándoles una trampa. Romané, al ver a su amigo herido se lanzó sobre el cazador, lo mordió y lo rasguñó. Este salió huyendo.
Romané llevó a su amigo al hospital de animales; allí lo atendió la doctora Alma, que era una hermosa perra blanca,
Gracias al cuidado de su amiga, Colorín pudo salvarse. Ya no volvieron a salir tan lejos, y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


Adolfo Ceop
Alumno Escuela Ana Frank
Publicado en la Muestra Itinerante LOCALES

Dibujo: Amanda

Poesía / PERMANENCIA / Amanda Espejo




A
quí permanezco
con la piel pegada al cristal de la ventana,
injerto curioso de polilla y mariposa
sorbiendo en el vidrio el reflejo de tu sol.
Con los ojos ciegos
ante cualquier forma que no sea tu cuerpo.
Los oídos sordos
a cualquier rumor que no sea tu canto:
Cuchillos de hielo y fuego
cortan el aire buscando mi pecho.
Aquí estoy...(permanezco)
Los deseos presos en cárcel de espejos.
Tentáculos invisibles nacen de mis manos
en busca de un escape para llegar a ti.
Y alzarte en el aire
hasta traerte a mi lado (mi espacio)
y abrirte los labios
con mi lengua urgente de gustar tus besos.
Todos tus espacios,
y enseñarte el modo de corresponderle.
Aquí me tienes...(permanezco)
con la piel doliente de tanto esperarte
mis sensores prestos para recibirte:
Fiesta inevitable de dolor y goce.
Mírate en mis ojos,
mójate los labios sobre mis pezones
como lo he soñado...
haz que se confundan mi ser y tu aliento.
Mis piernas se curvan:
collares de apremio te enlazan el talle.
Aquí estamos...(permanezco)
Todo lo sabemos, nada es ignorado,
no existen fronteras ni lo prohibido,
tan sólo señales que indican Destino.
Dame tus sabores
lo dulce y salado que empapa el momento.
Así es el rito:
Mis uñas trazan el camino sobre tu espalda...
¡ Tómame por dentro !
Te espera el abrazo de cielo e infierno.
Así estoy...(permanezco)
bajo, fuera , sobre, junto, dentro...aire...sueño...
Injerto alienado entre el Pensar y Ser,
agonizante contra el muro de cristal.



Amanda