25 de febrero de 2013

LARGA DISTANCIA / Eduardo Embry, desde Inglaterra




LÍNEAS IMAGINARIAS





(Para mis amigos en todas las latitudes y cruces ficticios del mundo)






La primera vez que crucé
la línea imaginaria del Ecuador,
sentí en mi cuerpo
un sudor húmedo
como si anduviera sin andar
por calles imaginarias de Guayaquil,
y soñé sin soñar
con aquellos muchachitos
que se zambullen en el río
para atrapar con los dientes
las monedas
que lanzan los turistas;
y odié sin odiar
al capitán del barco,
odié a los cocineros sin odiarlos del todo,
odié a los que sirven en las mesas
y acaparan manzanas
para hacer una miserable fortuna;
vayan, pues, a Guayaquil, bajen en la Ensenada,
allá los espero
para contarles con pelo y señales
el porqué
odié una pareja de portugueses
que compartía la cena con nosotros,
y soñé sin soñar
que recorría tu cuerpo duro
como si anduviera sobre
adoquines coloniales
de la antigua calle de Cristóbal Colón,
el descubridor de todo sin descubrir nada,
simples rayas embusteras
que provienen
de coordenadas geográficas
que pasan por encima
de famosas islas ya borradas
con el humo de los coches; 


22 de febrero de 2013

POESÍA / Marianela Puebla








FLAMAS EN UN CATORCE DE FEBRERO





El  viento sopla endemoniado la lengua ardiente

y la esparce como semilla  enfurecida por  cimas y laderas abajo.

Flamas en libertad cruzan la carretera Santos Ossa,

los cerros de Valparaíso impotentes, arden en un festival no programado

con bocanadas de espeso y negro humo,

volutas que tiñen el horizonte con pinceladas de miseria y ruina.



Un llanto verde y desgarrador pide auxilio,

prendido como antorcha ilumina su desgracia y se desploma

sin poder abrir sus alas.

Es un panorama desolador, el siroco no entiende de ruegos,

el sube y baja las flamas, prende  casas y espanta al vecindario

que lucha por llevar una gota de agua.

No se detiene, toma un giro y salta de cerro en cerro dejando

latas retorcidas y un cúmulo de escombros, que se debaten entre las llamas.



Hay clamor mudo que vaga las calles infernales

bajo la paranoia del viento que, se arremolina y se lanza en picada,

cae con sórdida crudeza sobre  hogares y verde natura.

San Roque, El Pajonal, Rodelillo y Los Placeres, son  víctimas del infortunio,

de la negligencia de algunos, que dejan  284 casas destruidas,

mil doscientas personas sin hogar, sueños truncados,

años de arduo trabajo por construir un futuro que ahora yace

bajo las fauces de las flamas en un puñado de polvo.



Los bomberos no dan  abasto, luchan con increíble  coraje

por llevar un trago de agua y apaciguar el infierno,

todos juntos a los carabineros y helicópteros

socorren a las familias y  mascotas, en un esfuerzo supremo.



Y cuando cae la tarde, y  el cielo se puebla de lágrimas del cosmos,

la lucha acaba, las flamas han sido calmadas,

la desolación habita el corazón del hombre y la mujer

que lo han perdido todo,

todo en un catorce de febrero, día del amor y la amistad,

que se convierte espontáneamente en un atardecer solidario.





Marianela Puebla
Valparaíso - 2013 


11 de febrero de 2013

EL LIBRERO de La Mancha / La Otra Piel, de Socorro Carranco





LA OTRA PIEL
 
Socorro Carranco
Dibujos de Francisco Vargas


A veces, el silencio se hace tan inmenso...
tanto, que me siento llena de palabras para poder respirar.
 
Patricia Gómez
(Chile).



Desde ahí vengo...
repleta de palabras.
Desde ahí vengo...
colmada de tinieblas


 






Desde mi sombra revuelta de miedo,
mi otra sombra, sendero repetido.

Miro temerosa el espejo
sitio donde yo sola entro
porque es mi morada
porque soy otro rostro.

Un rostro sin prisa en esconder
tiempo sobre otro tiempo
como la desnudez de mi querer
como mi presencia fiel.

La tarde muere inconclusa
callada entre mis dedos
entre la penumbra espesa
senda furtiva de mis ojos.

Hay días, como este,
no me siento tan mujer
tan lúbrica, tan amante.
No me siento querer.

Quiero y no,
porque me desabasto
porque no hay una lágrima casual
un bien o un mal casi celestial
que cambie mi silencio en grito.

Camino en el borde oscuro
con el día en la mano
día que se cuelga del río
manantial de escarabajos.

El día pinta mis ojeras
recuerda mis horas
vertidas en el desamparo,
tiempo inutil.

Busco el tiempo retornable
donde vuelvan mis vuelos
devuelva mi risa
levante mis cuencas.
 

4 de febrero de 2013

POESÍA / Ignacio Aguirre







                                                    SUBLIME AMBIENTE (irradiación)


Los nombres que se sumergen en la memoria
llevan el estigma de la sombra de la sangre.

                          ***
Duermo sumergido en los colores oníricos
llenos de mutaciones inmaculadas.

                           ***
¿Dime que hay tras la estela que dejo tu aroma?
“Un silencio quizás”
me dicen las lenguas en el espejo.

                            ***
Un mar se esconde rodeando las pupilas
(cansancio)
La sed se cuela en las venas
fundiendo la concepción del amargo éxtasis
floreciendo el petrificado llanto de los siglos.






RELÁMPAGOS (presencia) 


Se quiebran los reflejos de la noche
como siluetas del tiempo.


La luz y el aire penetran, entrando en los aromas.


Cantan simultáneamente los pasos y la humareda del cosmos.


Se traban las mandíbulas temblorosas;
sacando gemidos de los ancianos engranajes,


Y los ojos cegados se cierran para poder ver.


No hay caminos interminables…
Solo infinitos comienzos.


La lluvia arde en las intermitentes sombras;
como si el divino silencio aullara de erupción,


Como si las retinas del holocausto del placer,
no fuesen más que las manos que endurecen el sudor.