27 de agosto de 2008

POESÍA / Manuel Celis.





Hoy, como Calas


Creceremos hoy como calas
en esta vendimia oxidada de mañanas
de persa Bio-Bio y carne chamuscada
por el frío exterior de un sol azul
que besa los techos que tiemblan
con una luz clara que pasa ignorada.

Creceremos hoy con la lluvia
y la humedad en nuestros latidos
y un ungüento para las narices.
Una tarde inesperada crecerán tus
entrañas y un bonsái infante
abrirá su boca de marmota.

Hoy como calas muertas de rocío
podría permanecer en tus sombras
en las espinas y el inquieto perfume
que suelen traer encima
por que todo pasa y las esquinas
son navíos de tul.

Creceremos hoy como hoy
como un gato necio esperando
su niñez en una madeja de lana
empapado en un sol quemado por Agosto
y las ruinas de una luz que pasa
nuevamente desnuda e ignorada
por esa riqueza que haz dejado en mi.




Manuel Celis

Publicado en Revista La Mancha # 11 o


Ilustración: Amanda Espejo

26 de agosto de 2008

COMENTARIO / Agustín Rozas

Presentación de la segunda entrega de los MALETINES LITERARIOS.




N ESTA 2ª ENTREGA DEL MALETIN LITERARIO, SON 100 LAS FAMILIAS DE NUESTRA COMUNA QUE ESTAN FELICES ESPERANDO SU TURNO PARA RECIBIR ESE JUEGO DE LIBROS DE LITERATURA CHILENA Y UNIVERSAL, QUE LES AYUDARÁ A CREAR ENTRE LOS SUYOS, EL HÁBITO DE LA LECTURA, ESPECIALMENTE, EN LOS NIÑOS POR SER LA HERRAMIENTA PRECISA PARA EL DESARROLLO COGNITIVO Y EMOCIONAL DE ELLOS.

CUANDO ABRAN ESOS EJEMPLARES Y LOS LEAN, LA CANTIDAD DE SORPRESAS Y MUNDOS NUEVOS QUE EN SUS PÁGINAS ENCONTRARÁN, SERÁ MUCHA Y ENTRETENIDA.
ASÍ ME PASÓ CON MIS LECTURAS DE NIÑO. ACOMPAÑÉ A MARCO POLO EN SUS INNUMERABLES VIAJES. A PIE PELADO ESCALÉ EL NEVADO MONTE ACONCAGUA. ESTUVE CONVERSANDO CON LAUTARO Y CAUPOLICÁN. HASTA RECIBÍ EN LA CABEZA, UN PICOTAZO DEL LORO DE UN PIRATA PATA DE PALO Y PARCHE EN UN OJO. Y MUCHAS MÁS.

EN MI CAMA SOÑABA NUEVAS HISTORIAS, COMO ÉSTA:

CUANDO ESTOS TERRENOS ERAN PURO CAMPO, VIVÍA UN TRANQUILO RATÓN EL QUE UNA TARDE DE UN CRUDO INVIERNO, DESESPERADO CORRÍA, CHILLABA Y FROTABA SU ESPALDA CONTRA EL TRONCO DE UN ÁRBOL., ERA TANTA LA BULLA, QUE DESPERTÓ DE SU SIESTA UNA HORMIGA VECINA. ÉSTA, CURIOSA POR SABER LO QUE SUCEDÍA, SE ASOMÓ Y VIO ESE RUIDOSO ESPECTÁCULO.

LE PREGUNTÓ AL RATÓN QUE PASABA, ÉL LE CONTÓ QUE UNA FEROZ PULGA LO TENÍA VUELTO LOCO PORQUE LO PICABA Y PICABA SIN PODER DESALOJARLA DE SU CUERPO. LA RECIÉN LLEGADA, DESPUÉS DE PENSAR UN RATO, LE PIDIÓ QUE SE AGACHARA Y LE DIJO ALGO AL OÍDO. LUEGO, CAMINARON HASTA UNOS MATORRALES Y CON UN RÁPIDO MOVIMIENTO TREPÓ AL LOMO DE SU AMIGO Y, SIGILOSAMENTE, AVANZÓ HASTA DONDE SE ENCONTRABA LA CRUEL INVASORA SALTANDO SOBRE ELLA, FORCEJEANDO HASTA LANZARLA CONTRA UNAS FRÍAS PIEDRAS, AL TIEMPO QUE A SU VECINO LE GRITABA: ¡¡CORRE, CORRE PARA TU CASA!! AFIRMÁNDOSE DE UNA RATONIL OREJA PARA NO CAER, VELOZ ENTRARON AMBOS, CERRANDO PUERTAS Y VENTANAS.

DESPUÉS DE UNAS HORAS Y YA DE NOCHE, SALIERON MUY ABRIGADOS ENCONTRANDO A LA PULGA DE ESPALDA SOBRE EL SUELO, CON LOS OJOS CERRADOS Y LAS ZAPATILLAS QUE CALZABA APUNTANDO A LAS NEGRAS NUBES QUE CUBRÍAN EL CIELO. HABÍA MUERTO DE FRÍO.

EL ROEDOR Y SU SOLIDARIA VECINA, FELICES SE UNIERON EN UN LARGO Y APRETADO ABRAZO, CAYENDO AL SUELO SIN QUERER SOLTARSE.

DESPUÉS, LA HORMIGA Y EL RATÓN TOMADOS DE LA MANO, REGRESARON A CASA PARA FESTEJAR EL TRIUNFO DE LA VERDADERA AMISTAD".

Y, COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO HA TERMINADO.


oooOooo

CUANDO TRANSCURRA UN POCO DE TIEMPO, USTEDES VERÁN QUE ES TOTALMENTE VERDADERO LO QUE HOY SE RECOMIENDA A LOS PADRES; DEJAR A LOS NIÑOS QUE SE FAMILIARICEN CON LOS LIBROS, Y ESTOY SEGURO QUE ELLOS ESCRIBIRÁN SUS HISTORIAS MEJOR Y MÁS HERMOSAS, QUE COMO LO HAGO YO.

MUCHAS GRACIAS.


AGUSTÍN ROZAS R.
BIBLIOTECA MUNICIPAL DE QUILICURA
AGOSTO 7 DEL 2008
Imagen: Gentileza de Jorge Opazo.

21 de agosto de 2008

´POESÍA / Nelly Salas Vargas





ÁRBOL



Brazos viriles y frágiles
de abundante sabiduría
miel de boldos y aromos
impregnada en sus raíces.

Renacen las hojas, las flores
en sus párpados de infante
comunicación divina
con el mundo externo.
El sol se tiende como alfombra
sobre los cerros.

Llega la aurora
como ave sonámbula.
Las rocas observan estáticas
evocan pasadas estancias.
Luciérnagas se mueven en caravanas
con sus trajes brillantes.
Todos se abrazan en la oscuridad.
Un alma ruega por aquel ser
que está en estos instantes
falleciendo en su lecho,
en la calle, en un hospital.


Nelly Salas Vargas
Directora de la Revista Aurora Boreal
De su libro: MIENTRAS REGRESAN.

Publicado en La mancha número once



20 de agosto de 2008

POESÍA / Zara Bahdí





DELIRIO MARINO


Deliro en su silueta, creo que has devorado, ya, este brebaje,
que provoca la necrosis del tejido, sin embargo,
su almíbar zurce los acantilados en la pupila,
la noble equidad de la locura más pura,
voy y vuelvo de la locura,
me refriego el sexo infame, con desenfado,
estoy justificada de toda aberración provocada,
provocativa,
vuelvo a escribir los versos de la tortura,
los susurros entreabiertos y clausurados,
desvaríos – varios, centinela…
centinela de noche,
juego a esconder mi cuerpo,
lo escondo y le pierdo…

Las insospechadas rendijas de otro mundo paralelo,
le dan brisas presuntuosas a mi espejo,
y vuelo a tu carne anexa,
a tu pecho de fantásticas y amargas mieles,

Creo en el susurro que le bulle a tu boca infinita,
el mar de palabras, donde me duerme,
en el vaivén de las olas nortinas,
un deseo parece una torre de certezas,
y padezco de tristes enfermedades,
sin embargo a tu lado mi perfil ambivalente se hace tenue,
soy la reina de los mares sobre tu pecho forjado.
Te amo.



Zara Bahdí
Grupo La Mancha

Publicado en La Mancha número once.


Ilustración: Zara Bahdí

18 de agosto de 2008

POESÍA / Ariel Blümel Almendra





BAJO LA LLUVIA


Día a día y noche a noche
me he tragado tu doloroso recuerdo,
y tus besos fogosos se han convertido en flechas
que abren muchas heridas en mi alma.

Es invierno. No te tengo.
Mis brazos, como las ramas desnudas de los árboles
abrazan el viento.

Hoy camino solitario bajo la lluvia
y voy por calles inexistentes para mí.
entre gente inexistente.
Pero aun entre su murmullo
me llega tu risa de niña
y el eco de nuestro lenguaje de palabras y besos.

¿Recuerdas cuando por gusto nos salíamos a mojar?
¿Lo recuerdas?
¿Y que en medio de la lluvia y el frío
un sol nos abrazaba por dentro?

Hoy la lluvia no tiene ningún significado para mí,
ni mi ropa mojada,
ni mis pasos que se me caen al suelo como pedrada.

Siempre me preguntaba:
¿Por qué a los locos les gusta caminar y caminar?
¿Qué persiguen o de qué huyen?
¿Qué angustia los consume por dentro?
¿Qué pena les clava el alma?

Ahora lo sé, es más. Sé lo que ellos sienten.
Regreso a mi pieza solitaria, de nuevo estás allí,
En el recuerdo.
En la fría cama, que en mi mente aun dibuja tu silueta.
En la puerta cerrada y en mi boca sin palabras.
El vacío está aquí y afuera.
El vacío está en la soledad
como en el filo de un cuchillo.
Pero, amigos:
en el desamor está el vacío más inmenso.




Ariel Blümel Almendra



Grupo LA MANCHA






Publicado en La Mancha número once

13 de agosto de 2008

NARRATIVA / Amanda Espejo










CÓDICES

En algún recodo del tiempo, cientos de años atrás, fui llamada “La elegida”, el rescate por la vida de mi pueblo, los Chimúes, allá en el borde de la tierra, donde ésta se besa con el mar.
Y fuiste tú, hombre de la sierra con piel de cobre, el invasor, Hijo del Sol que temió a la Luna, el que exigió mi presencia sin dar nombres ni más razones que el capricho de tu miedo y el mandato de tus dioses.
Me alabaron. La envidia de las otras vírgenes fue tan grande como el orgullo de mis padres:

"Yo, su perla inmaculada,
Hermosa entre las hermosas,
Agua de jade son mis ojos,
Digna hija de la Diosa".


No hay mácula en mi cuerpo y mi espíritu dócil, no conoce el miedo a la muerte.
Mi pueblo avasallado, me ofrendó gozoso: tú ordenaste el tributo, a cambio, ofreces la paz. ¿Quién puede resistirse a tus palabras?
Nadie. Ni siquiera mis pasos, que obedientes me llevan hacia ti, hacia tu templo, hecho de roca firme. Un tanto más alto y un tanto más fiero que nuestro dios vencido: el Mar.
Un temblor me recorre al cruzar las puertas... no puedo decirle miedo, le llamaré ansiedad, pues mis pies alados no pisan: besan los peldaños de piedra viva que conducen a lo desconocido.

“A tu nombre hecho leyenda,
a tu rostro nunca visto,
imaginado, temido, parapetado
tras las máscaras del poder.”


Cuento veintiocho peldaños en ascenso antes de llegar al puente sin retorno para mí... mas, no pienso en eso: sólo quiero SABER y vivir el rito que trae tu lengua extranjera. Hasta este punto, mis custodios me acompañan. El resto, debo recorrerlo sola, con los ojos bajos como símbolo de humildad y entrega.
Suave y al mismo tiempo segura, traspaso el último dintel y ante mis ojos estalla mi destino, tal como lo narraron las ancianas del pueblo: allí, en el centro de la bóveda, está la silla de la muerte, tosca y bella a la vez, con el poste de madera enclavado en su respaldo a modo de cabecera, esperando... No me inquieta:

“Soy la elegida,
mi vida vale por muchas otras.
Trae frutos y cosechas,
compra el canto de la lluvia
y la danza de las mareas”


Sólo quiero SABER... mas, no puedo verte. Tu rostro está cubierto con la máscara ritual y sobre tu pecho cuelga el collar de la fertilidad, que has de poner en mi cuello, níveo, perfecto, tras lo cual nada más podrá rozarme. Sólo la cinta de cuero que tu esclavo a mi espalda, dará vueltas en torno al madero y comenzará a girar el torniquete una y otra vez hasta que... No es miedo lo que me acelera el corazón: es orgullo. Orgullo de mi raza y de mi estirpe, y tenacidad por SABER...
De soslayo, trato de verte mientras preparas la bebida que se supone, dormirá todos mis miedos. (Yo no los siento). Nada debe deformar mi cuerpo, ni menos aún, dejar estampado el terror en mi rostro: “ Soy la elegida, mi cuerpo no tiene mácula...”
Siento tus pasos acercarse hacia mí hasta poner en mis manos el brebaje de hojas adormideras que me sumergirán en el sopor necesario para traspasar el umbral entre la vida y la muerte sin dejar marcas. Lo bebo sin alzar los ojos.
Luego, tus manos sacan el collar de conchas que cuelga en tu pecho y lo desliza alrededor de mi cuello. Es el último paso.
A medida que las yerbas se adueñan de mi espíritu la audacia renace en mí, y logro a medias, darme cuenta del momento en que de espaldas a mí, te despojas de la máscara de tu dios.
Así es el rito: en el momento que des la orden para que el cuero empiece a apretarse sobre mi cuello, tú no debes representar al dios. La sangre debe recaer en tus manos de sumo sacerdote. Tú eres el enlace, tuyas son las culpas. El tributo y el goce son para tu DIOS.
Es el momento que esperaba: "Soy la elegida y sólo quiero SABER..."
Veo tus pies darse vuelta hacia mí y la sombra de tu mano se alza en contraste con el suelo. El torniquete gime tras mi cabeza y entonces, yo, al fin me atrevo y levanto mis ojos hasta atrapar tu rostro... El leve gesto de compasión con que me observabas se ha transformado en desconcierto y luego en terror, porque yo, en los últimos segundos antes de perder el sentido, te he dejado prendido de mí.
Has quedado prendido de mí, “Hermosa entre las hermosas”, aniquilado por la fuerza imperecedera del mito. Impotente ante la rueda de la muerte.
He encadenado tus ojos a mi destino y más tarde o más temprano, tal como lo predice el mito, yo cobraré de ti lo que tú me arrebatas ahora.
Por eso, jamás sentí miedo. ¿Cómo podría?
Soy la elegida, el rescate de la vida, digna hija de la DIOSA.

Amanda Espejo

Quilicura / 2004

Ilustraciones: Susana Martínez y Amanda


POESÍA / Esteban Espinosa





EL CALOR DE LA DECADENCIA


No soporto la decadencia
que circunda a la pantalla chilena,
que yace en las nalgas de una política,
que maquilla a las urbanas apariencias
que despierta a la desorientada soberbia,
que fabrica témpanos clandestinos.

No soporto este maldito calor
este que azota mi cabeza,
este que descompone inviernos,
este que transforma todo en desierto
este que no elabora melancolías,
este que eleva mercurios a lo indocumentado.

Pero sí soporto, esta geometría de palabras,
la que endulza cada segundo de mi discrepancia.


Esteban Espinosa
Poeta de Maipú.
Publicado en La Mancha número once.


Ilustración: Gustavo Otero, del libro ESTA BOCA ES MÍA.

11 de agosto de 2008

POESÍA / Daniela Lobos





ESTA NOCHE


Destrózame las entrañas
porque no tenemos tiempo
porque la noche no es eterna
porque mañana
no será simplemente mañana
y no querré saber quién soy.
Esta noche quemaré el mundo
con el recuerdo ardiente
de tu boca ansiosa de besos,
con el latir incesante de mi vientre
escupiré el corazón
y esperaré despierta
mientras mis piernas tiemblan
adivinando tu reptar mágico,
tu urgencia de mí
de la humedad que conoces
y del ritmo malévolo de mi cuerpo.
Esta noche te tragaras mis labios
te llevarás mi lengua en la garganta
y mi piel pegada a la espalda,
porque no quiero repetir tu nombre
porque te suplico que no me olvides
porque después de esto,
después de esto amor mío
NADA.


Daniela Lobos

Publicado en La Mancha número once.


Ilustración: ARJEX

9 de agosto de 2008

POESÍA / Cristhian Téllez




LLEMILAO

Su triciclo lechero quedo varado a la rada de la cantina.
Embriagado se alejó a tumbos por la empedrada senda.

Era rojo, encorvado, tosco, de pelo negro por constante mojado.

Pese a vivir infancias paralelas, nunca jugamos a la pelota
No supe su origen, era de hablar corto y sonrisa escasa.

Los Mapuches que he conocido son pocos, todos aguerridos

El primero un Lautaro con cintillo de cuero, ojos claros y torso perfecto
Protagonista en una producción franco hispana de “La Araucana”

Otro de bronce, se yergue altivo tras las escalinatas del Santa Lucia.

Los restantes ilustraban láminas de historia en el Mundicrom
Colo-Colo, Lautaro, Caupolican, Galvarino, todos aguerridos

¡Llemilao no!

Creció entre riñas callejeras,
No perdió nada pues nunca ganó,

Su cuerpo a tientas buscó barro en el barro,
El vidrio inerte blanquirojo de sus ojos
No encontró montañas amables en el horizonte

Por una eternidad arrastró el triciclo,
Por una eternidad lo arrastró el triciclo.
Sus sueños no murieron, nunca soñó

En el ocaso su cuerpo desplomado yace bajo la lluvia

Una pena milenaria empujó vanamente sus huesos hacia la tierra,
Al Arauco que no conoció en pos del canelo donde reposar.




Cristhian Téllez

Publicado en La Mancha número once
Fotografía suministrada por el autor.

4 de agosto de 2008

NARRATIVA / Bernardo Astudillo


Cutulhu en la Estación Los Héroes
(para los lectores de Necronomicón)

H.P. in memoriam, a 70 años de su muerte aparente.


Acude el sueño a mis párpados, todo nebuloso, mezclándose con las imágenes a las cuales temo, vislumbradas en la penumbra, sugeridas por los rieles y la oscuridad de los túneles, de los rostros que me rodean impávidos, y aquellas sombras, presagios de los malos sueños, comienzan poco a poco a enervar mis sentidos.

Quizás todo se inquiete por la brisa magra del verano, del bochorno de la estación cerrada, y el hálito del ser que se esconde en lo profundo de mi inconsciente onírico. Será él, desde luego, el Innombrable, quien ponga en mí aquellas imágenes que atormentarán mis noches, mi mal despertar y la jornada que cruje como rueda enmohecida hacia el abismo. ¿Cómo describir su presencia pútrida, su ojo maligno vigilando el correr de mis sueños, induciéndome a concluir de mala forma mi existencia terrenal? Ya Al-Alzahred lo había pronosticado en su manuscrito: la bestia iría mermando la voluntad de vida, arrastrando a sus víctimas al suicidio.

Quizás no fuera tarde, pero H. P., el amanuense de las revelaciones del árabe loco, no tenía dudas. En esa guerra entre el mal que viene en medio de las nieblas del sueño, y el bien malamente representado por la cruz cristiana, no había escapatoria. Mi nombre ya pertenecía al Innombrable, ya estaba en la lista de los nombres muertos.

Mi destino estaba sellado; mi vida ya no me pertenecía. Si sólo no hubiera hojeado el libro maldito el día en que los dioses infames lo pusieron en mi camino. Pero no debo sucumbir a la seducción de la recriminación: lo hecho hecho está y no hay modo de invertir los sucesos. Sólo me queda combatir la pesadez de los párpados, entregarme a la meditación mezquina de la supervivencia, de arrebatarle un tramo de vida a la muerte que acecha en la sombra, de aquel ser multiforme que mueve sus tentáculos poderosos, conminándome a seguir su aliento de muchos muertos a un fin que viene de la mano del cuerpo en reposo, augurando una eternidad de tormentos cruentos, telúricamente poseído por el poder avasallador, terrible, del dios que sólo la imagen del sueño puede describir. Pero, hombre al fin y al cabo, cedo a la tentación del abismo, y mis ojos me pierden, se cierran por sí solos, mostrándome la boca abierta de la bestia que me invade con canceroso deleite, y está ahí, esperándome, mientras mi cuerpo cae, ingrávido, a las líneas del ferrocarril urbano que entra en la estación, sellando mi destino con un golpe seco y brutal (…)


Bernardo Astudillo

Publicado en La Mancha número siete.

1 de agosto de 2008

POESÍA / Amanda Espejo




FRAGMENTO




(...) lo sentía llegar,
lo sentía caminar por el resto de la casa
(las tablas del piso cantaban sus pies).
Entonces,
yo me agazapaba en la cama
me enroscaba en mí como gata caliente
al acecho del umbral...
Luego,
crujía el techo
trinaba un pájaro
ladraba un perro
lloraba un niño
silbaba el viento...
y mi frustración, sin aliento
comenzaba a desaguar
lento,
lento,
tibio y lento
por entre mis piernas (...)


Amanda Espejo

Publicado en la Muestra Itinerante LOCALES

Ilustración: Amanda