28 de junio de 2013

COMENTARIO/ M/15/JULIO/2003/+ROBERTO








M/15/JULIO/2003/+ROBERTO   
                                          

Pablo Delgado U.

                                                   
Escribiendo con un pie en la tumba, Roberto pasaba celebrando la vida como pájaro raro. Con su apariencia enjuta y su abrigo negro se esfumó como el último de los malditos. Rebelde, pasado a tabaco y con algunas copas en el cuerpo irrumpió en los laberintos de lecturas y de su propio laberinto. Su cotidianidad con el cigarrillo se volvió humo y espuma antes de su muerte. Pasó por esta vida encontrando el amor y la bilis de sus mundos. Callejero, fue un espantapájaros para la perime de los escritores.

Bueno para las manzanas, rondó la pulpa y las pepas que lo llevaron por el mundo. México, París, España buscando un café con leche, sueños y pesadillas. Escribir. Escribir venas y arterias de vida. Cargado de ironía buscó la noche que buscan todos los novelistas entre el fracaso y el olvido.   En arrugados y mojados libros incursionó la manía sangrante de sus escritos que parcelaron su poética y le dieron rímel a sus cuentos y novelas. La sangría de sus páginas camina sola por la vera y lo tenaz de su talento es un escrutinio para quienes aún lo tienen entre ceja y ceja buceando sus crónicas y poemas.

Culto, en su cielo viajó buscando nocturno de Chile, a Morel en su invención. Fue un salvaje leyendo, acariciando libros, páginas, vertebras de lomos y tomos de otros Borges que en su ceguera concitó su mundo fogueado y certero en la orilla del malevo.  

Su bosque no sólo se construyó de araucarias y pinos insignes. Crujen también los álamos y los trucos sauces que lloran la derrota de la mejor forma posible. El éxtasis que lo quema lo vuelve a los desiertos de Sonora, a los detectives salvajes buscando el amuleto y aquella chica del saludo opaco.

Roberto, de vez en cuando vuelve a Blanes, incursiona en la pared verde de su librería encantada, se pasea  – según dicen también - de vez en cuando se ve su sombra por Quilpué, entre San Martín y Freire o Baquedano, entre callejas y muros de adobe que se incineran en recuerdos de infancia; entre viñedos y líneas del tren que cruzan trucando las lomas de sus primeras historias, en esa ciudad que se cae al mar tarde o temprano. Ahí la literatura ha dejado su gesta y lo deja lleno de lectores bajo su estrella distante. Con sus convicciones avanza sopesando el frío y su figura reproduce hechos que reflejan la verba de sus sueños a desparpajo. Pan dulce, una cajetilla, una agenda, un bolígrafo, papel para escribir. Abierto como en una cruz de Cristo Roberto, escribió como loco, escribió ironías en la costa brava, escribió para enviar fotocopias a las editoriales, escribió para obtener menciones y premios en las calles heladas envuelto en su saco de dormir, en el paseo para dormitar la tarde antes de encontrar su mito en los pueblos fantasmas cogido a pesadillas y demonios, allí escribe desde su tumba.

Lo que supo, fue escribir y observar para degustar una manzanilla con churros. Su literatura se sostiene de fuego y cruce de voces que trizan las cenizas y el hielo que tiene cualquier corazón helado. Su tumba está entre una novelita lumpen y sus llamadas telefónicas, o en cualquier esquina del oficio más miserable que para él, no fue nada de extraño.



Pablo Delgado U.









                                                                             




27 de junio de 2013

POESÍA / Giussel Trinidad Mora Méndez, desde Temuco.




MOMENTOS



Y llovieron las flores, y el fuego lloró,
las nubes brillaron, y el viento humedeció mis ojos secos.
Y entonces supe, y entonces, vi algo que siempre estuvo, pero que nunca entendí.
Fue tu brisa, fue tu mirada, tu deseo y tu movimiento que entraron en mi, 
en mi luz eterna. Y fue entonces cuando comprendí que no soy yo ni tampoco tú.
que yo soy todos, que siempre estuve junto a ti, cuando la gota de silencio rebalso mi sentido cegado por el frío.


*****

Luna menguante, luna colgante sobre mis ojos que alumbra una noche tan oscura como aquellas almas que se pierden en el vacío de sus pensamientos.
Luna llena, luna hechiza que cuelgas sobre mi recordándome tantas noches que ayer gocé y que ahora son solo estaciones en mi mente en las cuales puedo parar.
Luna luna, veo tu cara graciosa mirándome, y yo te miro curiosa pensado en quién te sujeta, a quién alumbras. Tan misteriosa silenciosa, quieta y callada, solo llegas y te quedas; no haces nada pero aun así eres perfecta.
¿Quién te pintó? ¿Quién te dibujó, quién hizo esa silueta al lado tuyo? ¿Quién hizo esa hermosa perfección  a tu lado?, la oscuridad, la noche las estrellas que te abrazan para que no estés sola.

Luna  brillas, y aunque te veo todos los días no para de sorprenderme quién te sujeta, a quién alumbras , qué miras , qué escuchas... ¿Mis llantos, mis pensamientos, mis delirios, mis risas mis alegrías?   





Giussel Trinidad Mora Méndez,  tiene 18 años y vive en Pucón. Es nieta de la poeta  (Q.E.P.D.) María  Bernal Castillo. Inspirada en sus enseñanzas, da sus primeros pasos en la escritura.

22 de junio de 2013

POESÍA / EL ÚNICO LUGAR, de Amante Eledín Parraguez




Reseña:


El "Único Lugar" es una especie de umbral entre la intemperie y el encierro del poeta, El afuera es de tierra y el adentro de sangre. Por el umbral transcurre el diálogo de ambos, yéndose y viniéndose recíprocamente. Juegan ahí las soledades y reminicencias. Hablan las avenidas; los poemas se construyen como casas y caen como lluvias; la ausencia grita con desparpajo en el pensamiento y se alborotan las alegrías y las tristezas de los sueños.

El "Único Lugar" se acompaña de noche. De la noche que en el corazón se vierte cuando sobreviene la muerte de los maquillajes y máscaras; de la noche donde, con sigilo, el silencio se convierte en la  búsqueda de los ojos cerrados; donde todo el amor se agranda poniendo un manto de respiro a los tejados de una deseada inexistencia.

En este "Único Lugar" no acontece más de lo que se es.


Jorge del Río

(Pentagrama Editores 2003)



Preguntas a una mujer





Querida mujer
¿Eres tú o no eres la que está en mi espejo?
¿Eres tú la que ocupa la silueta de mi amada?
¿Eres tú la que está ahí, dentro de tu cuerpo?
¿Son tus ojos un trocito de tu alma?


A veces creo verte en tus pasos,
creo estás ahí adentro del vestido
y tus pies, que llevan tan bien puestos los zapatos.
Por eso te sigo a veces, hasta perderte.


Otras veces te encuentro en tus manos.
Si cuando besas, pareciera que son ellas
con sus dedos convertidos en cinceles
las que devuelven la forma a mis labios.
Pareciera son tus manos las que hablan
y me llaman
            y me dicen adiós
                          y me ignoran
Pareciera que tus manos sembraron en mí la vida,
que ellas cosecharon mis frutos
y guardarán mis sueños
A veces creo que estás en tus manos
y que tú y ellas, son la misma cosa


En ocasiones pienso son tus ojos donde vives realmente
y que ahí está tu casa.
El jardín que ahí crece contiene tus flores.
El cielo que ahí se abre pareciera que es tu alma.
Es como si en tus ojos estuviera verdaderamente la vida
y que no moriría si estuviera siempre en ellos.
Y otras veces
pareciera que tu boca fuera la única voz del mundo,
y lo que de otras bocas saliera no dijera nada en mis oídos.
Pareciera que es tu boca el fuego,
y tus besos la llama que lo mantiene.


Pero de todo lo que atisbo,
de todo lo que sospecho,
son tus brazos por lo que más me pregunto.
¿Son ellos los brazos de tu sangre?
En tu brazo 
           ¿Viene la vida?
¿Es tu corazón el que impulsa tu abrazo?


A veces me pregunto
si es la eternidad la que baja cuando estamos juntos.






17 de junio de 2013

EL LIBRERO de la Mancha / TERRITORIO CELESTE de Pablo Guiñez





Hace muy pocos días llegó a nuestro librero “manchado” este obsequio, de parte de nuestro amigo  Ricardo García. 
Admiradores todos de la obra del poeta chileno Pablo Guiñez, fue un agrado recibir este TERRITORIO CELESTE para deleitarnos con su lectura. Para compartir, dos de los poemas que forman este valioso libro.








Dedicatoria:
A quienes generosamente me acompañaron en la estupenda aventura de FRATERNIDAD DEL AGUA.
(1973- 1975)




SIMPLE JUEGO



Si se me va de noche, se me esconde.
Si se me va de día, se me pierde.
Si se me va de miedo, se me aleja.
Si se me va de frío, se me dobla.
Desaparece con la luna llena.
Desaparece con la luz, o tiembla.
Desaparece como una gavilla.
Tal vez no exista, pero sé que sueña.
Está sentada, cuando yo me siento
en cualquier sitio, al borde de la tierra.
Si yo me inclino, ella se cuelga
de las palabras, como una mañana.
Tal vez, no sea lo que se me ocurre.
Tal vez, no sea lo que maravilla.
Pero, ya ven, se me quedó en los ojos.
Ahora sé que es solamente oscura.







TRANSPARENCIA



La piedra, como una anciana sentada en el bosque
está rodeada de soledad, de hojas.
Está ahí desde el día en que empezó a nacer
el canto primero de los pájaros.

La piedra aquella, arrugadísima por fuera,
como una cáscara o como una mano,
sostiene el aire de su alrededor que la sostiene.
Y todo gira, mientras ella permanece inmóvil.

De esta manera ella se acostumbra
a contemplar cómo las estaciones pasan y se renuevan.
Y le da frío, porque se halla lejos de las estrellas cuando la noche,
aunque a pesar de todo
sabe encontrarse en medio de todo lo que pasa.



*****





Del autor:

Miraje Solitario (poesía 1952)
Ocho Poemas para una Ventana (1956)
Afonía Total ( 1967}
Fundación de las Aguas ( 1973)
Territorio Celeste ( 1996)

8 de junio de 2013

POESÍA / Tres textos de Pola Arriagada Rosales




USURPACIÓN



Vinieron...
Sobre la estufa calentaba agua para mate.
Entraron,
cuajando las estrellas en el suelo.
Recorrieron,
las manos urdían masa
historia mutilada
de golpe un telar a la pared.
Empujaron,
cesaron los cantos,
golpearon ,
sacaron,
arrastraron.
Afuera mi madre
con la pierna rota, sangrante.
Mi hija deshace en llanto,
el hilo de la rueka
deshila trenzas
al sentir el canto
triste de su madre que sufre.
Llevaron
lejos de las vertientes, de los montes
del baile del mañke.
Así llegaron ,
queriendo
amarrar la palabra ,
los sueños , los labios,
dejando surcos de sangre
entre los pastos.



LOS VIENTOS DE LA MUERTE
 


Buscando el surco de las manos
la tierra duerme
con su traje ceniciento.


Muero en el alba
arrebatado por el aroma
del pan naciendo de las cenizas.


Me reciben los pastos
bajo el murmullo de mis huesos
y el rocío navega entre mis entrañas.


Busco las aguas en donde beben los patos
y tejo un chamal de margaritas
para mi entierro.


Todos los vientos
florecen de la misma muerte


- Kuyfi pu wentxu ta kurü ñamigün -



3 de junio de 2013

POESÍA / SIN RETORNO, de Marianela Puebla






SIN RETORNO


Tomaste el camino del no retorno
sin sobresaltos ni quejidos,
adentrándote  en la oscuridad de un  bosque deshabitado.
Ahora mis palabras se estrellan en indiferencia,
una pared invisible nos separa
y tu mirada se ha perdido en otro rumbo.

Sin embargo, aunque llore mi alma
te sigo amando,
aún eres la niña de mis ojos
que huérfana viajas entre tinieblas y desvíos.
Por eso estoy aquí a tu lado mostrando los peldaños
de una imprecisa ruta,
guiando tus pasos a través de la tormenta
que  día a día agranda su caudal.

Alzheimer se llama el  hechicero que enlutó tu destino,
que robó tu atención, tu risa, tus palabras.
No hay consuelo, la lluvia ha comenzado a caer
copiosamente sobre nuestras vidas
y no hay nadie que pueda detener
su paso ensimismado, ajeno a todo  ruego.

Te llevo de la mano, la fatiga debilita mi andar,
tengo temor al mañana cuando me falte tu presencia,
cuando te falte mi cariño y quedes como una ciega
debatiendo tus imprecisos pasos sin la luz de mis palabras.
¿Quién sabe?, el destino lo guarda en su libreta de viajes,
¿quién de los dos partirá primero?
Esa es la aflicción que me aqueja.

Mientras pasa el otoño con su corcel de hojas amarillas
y pinte de dorado el horizonte más allá del entendimiento,
Yo te seguiré amando, mi niña querida, 
aunque tú ya no lo sospeches
y vivas en la lejanía de los sueños,
y aunque me mires con  ojos ausentes
yo te seguiré amando, en esta vida... y en otra...






Marianela Puebla