27 de febrero de 2009

LARGA DISTANCIA / Arturo Accio / desde México.






NO TE ESPERES A QUE ME DESMORONE



Quiero que a este viejo patán
lo desarmes,
lo abraces por sorpresa,
le repitas lo idiota que últimamente ha sido.

Quiero que beses esa cicatriz
que tiene por boca
y la pongas a hacer algo más útil que sólo escupir,
¡HAZLO!

Hazlo, hasta que sientas que cambia de expresión
en una mueca parecida a una sonrisa,
aunque disimule, tú sabrás la verdad.

Quiero que se dé cuenta
de que su guardarropa apesta,
de que todos esos trajes están pasados de moda
y de lo prudente de cambiarse la ropa a la segunda puesta,
¡HAZLO!

Hazlo, no te esperes a que se desmorone,
a que le dé un paro cardiaco,
a que recuerde como invitar a una chica a ir al cine,
porqué tiene una memoria horrible, como de teflón.

No te esperes a que se corte la cara con un rastrillo,
a que tome alguna dieta estúpida,
o a que se peine de alguna manera decente,
no te esperes; porque no es bueno hacer esperar a la gente.



Arturo Accio, activista literario, Guadalajara, México.

http://www.libreriaelaguaje.com

26 de febrero de 2009

COMENTARIO CINE / Bernardo Astudillo


LOS INOCENTES

¿Una de fantasmas?


La relación entre cine y literatura se ha dado desde los albores del Séptimo Arte. Sin una base escrita, es decir, un guión, la imagen es casi imposible. Para dar coherencia a un relato visual se precisa de un argumento, ya sea sobre la base de una idea original o bien de la adaptación de una obra impresa. Sobre estas últimas el cine se ha nutrido abundantemente, para bien o para mal de los escritores. Buenos argumentos no siempre son la base para que una cinta sea de calidad. Generalmente se repite hasta el cansancio esa fórmula de que “el libro era mejor”. Los ejemplos sobran al respecto. Pero, también es cierto que muchos libros han ganado fama luego de haber sido adaptados por el cine, y también los ejemplos sobran. Sólo basta ver La Naranja Mecánica, de Stanley Kubrick, para que una obra como la de Anthony Burguess tome vigencia y sea reeditada de tiempo en tiempo, para el placer de los lectores. O bien, obras menores y desconocidas para la gran masa lectora, abran nuevas vertientes para descubrir a escritores olvidados por el público y la crítica. Si bien es cierto que Henry James, el maestro de lo incierto, no necesita presentación alguna, no es menos valedero destacar que la puesta en escena de “Otravuelta de tuerca” hace que la distancia a veces insondable entre lectura e imagen adquiera nuevos sentidos. Jack Clayton, al adaptar “Otra vuelta…” no sólo nos permite acercarnos a la obra de James sino también adentrarnos en un mundo de apariencias donde el lector ha de participar aportando su propia versión de los hechos narrados. Meritoria la realización del guión, donde participó el controvertido escritor norteamericano Truman Capote, logrando lo que para muchos es un desafío: igualar o superar a la obra escrita. El aporte de Clayton es casi un milagro en el sentido de adaptar una obra de muchas lecturas (léase interpretaciones) para que el espectador saque sus propias conclusiones. Lo que en primera impresión es un relato de fantasmas y posesiones del más allá, se transforma paulatinamente en un intrincado buceo en las fantasías reprimidas de su protagonista, Miss Gidden, interpretada magistralmente por una insuperable Deborah Kerr. Si hubiera que descifrar el verdadero sentido que impuso James a su obra, tal vez la versión de “Otra vuelta…”, de Clayton, hubiera logrado ajustarse a los gustos de su autor. La magnífica forma en que Clayton nos propone esta “vuelta de tuerca” donde la medrosa y reprimida Miss Gidden ha de fabricarse una historia de claros atisbos freudianos, apoyado por la imagen en blanco y negro sobrecogedor, nos lleva a la siguiente pregunta: ¿existe en realidad un caso de posesión diabólica o, simplemente, son los miedos y represiones de la protagonista, Miss Gidden, que toman forma humana? Trabajo para el espectador, ya bastante acostumbrado a lo servido en bandeja y sin mensaje escondido. No se trata de involucrarnos en un drama que pertenece sólo a la protagonista, sino que forma parte del juego que propone James y que revalida Clayton con su inquietante versión de la “Otra vuelta…”. Para resumir en breves palabras el argumento, la imagen nos lleva a una casona victoriana a donde llega una institutriz todavía joven para enseñar a dos niños huérfanos que dependen básicamente de un tío solterón y disoluto que sólo quiere que “lo dejen en paz”. Miss Gidden ha de enfrentarse a dos niños de apariencia normal, aparentemente poseídos por los espíritus del antiguo mayordomo y la anterior institutriz, pero que, a medida como avanza el relato, crea un ambiente ambiguo donde Miss Gidden se enfrenta a sus propios fantasmas interiores. Relato de ambiente gótico, sustentado por sólidas actuaciones, que merece verse y reverse, sacar conclusiones y que, mediante una puesta en escena que recuerda a Hitchcock, nos hace vislumbrar el trasfondo de la condición humana en perpetuo conflicto con la ambigüedad de la fantasía y la realidad. Realizada en 1961, Los Inocentes, atrapa por su alto contenido en imágenes, por su mensaje conmovedor y su alto nivel tanto interpretativo como de dirección. Jack Clayton merece, por sólo esta película, incluirse dentro de los directores del siglo XX que logran una perfecta simbiosis entre creación literaria e imagen narrativa digna e intensa, logrando en el espectador la inquietud necesaria para convertir el relato visual en una obra maestra de concisión, donde arte y literatura, atmósfera e imagen, se unen para deleitarnos con una puesta en escena sin precedentes, invariable antecedente para filmes posteriores como Los Otros, de Amenábar, o Sexto Sentido, donde el doble juego de la realidad aparente es sólo un pretexto bien logrado para confundir a los espectadores con una historia que es tiene algo de verdad y algo de ficción, pábulo necesario en toda creación que haga pensar y sentir. Bien por Clayton y bien por la imagen que perdura en un universo tan poco dado a la imaginación.



Bernardo Astudillo
Publicado en La Mancha número seis.

21 de febrero de 2009

LARGA DISTANCIA / Juan Disante / desde Argentina.





Puente




E
n Latinoamérica no hay canguros, ni elefantes, ni camellos. En África no hay guanacos, ni canguros, ni camellos. A su vez, en Australia no hay elefantes, ni camellos, ni guanacos. Y en Asia no hay canguros, ni elefantes, ni guanacos. Pero casi nadie sabe por qué razón, estas cuatro especies de animales están vinculadas entre si y se transmiten los conocimientos universales que les permite vivir en armonía con la naturaleza y con sus pares.
Un viejo cacique Toba tiene la respuesta.
En esas cuatro regiones existe un arbusto llamado Falacra así llamada porque es un yuyo de mal agüero. El que expulsa, el que divide, el que asedia. Todo ser vivo que lo prueba, pierde el pelo y la solidaridad de grupo. Por tal razón, los camellos, canguros, elefantes y guanacos jamás comen de esos yuyos, dado que saben desde siempre que son muy dañinos.
Cuando a África llegan las lluvias, los elefantes comienzan a correr hacia los torrentes donde el agua se acumula. Cuando se encuentran ante una zanja inundada, el más grande del grupo se instala dentro de ella, tapado por el agua, sacando su trompa hacia arriba para poder respirar. El objetivo es convertirse en puente para que los demás de la manada pasen por encima de su lomo hasta el otro lado. Cuando pasan todos y antes de seguir, varios del grupo sacan de la zanja al que sirvió de puente. Desde arriba le ofrecen las trompas para que, agarrándose bien, enrolle la suya y pueda salir sin inconveniente. Antes de retomar su marcha todos los elefantes arrancan grandes cantidades de Falacra y la arrojan al foso donde antes estuvo el mayor. Allí se produce algo mágico: las paredes de la zanja se derrumban, los truenos estallan, los rayos parten la tierra.
Pero, la intensa lluvia difunde sabiduría.
Parece ser que los guanacos de los Andes, los canguros de Australia y los camellos asiáticos aprendieron de los elefantes y hacen lo mismo cuando se desencadenan las terribles tormentas --tal vez menos veces por año que en África-- o cuando necesitan sortear complicadas ciénagas o abismos.
Ninguno pierde la sensatez ante las crisis, ni guerrea, ni se ahoga en el desquicio.
Los más viejos transmiten a los más jóvenes la lealtad de la especie y cómo servir de puente para huir de la Falacra hacia la Vida.




Juan Disante
Buenos Aires, Argentina

http//blogs.clarin.com/letra-y-matecocido

20 de febrero de 2009

MICROCUENTOS / Angela Claverie



¿ Y USTED?



Ahí estaba ella como siempre, con su amplia sonrisa como tácito saludo.
La veía cada mañana al pasar camino al paradero, desde hacía años, y sin embargo jamás habíamos cruzado palabra.
En el barrio comentaban que era mucho mayor de lo que parecía, que vivía su vida con simpleza y bastante lejos de lo considerado “esperable o normal” y, sobretodo, que hablar con ella le había cambiado la vida a muchos.
Esa mañana decidí averiguarlo por mí mismo. Al ver su generosa sonrisa le dije:
-Buenos días! …¿Cómo está?
-Feliz, como siempre !! ¿Y Usted? – contestó.
Me dejó pensando… Ellos tenían razón.


CONTAGIANDO MARAVILLAS



Comenzó suavecito, luego se hizo evidente. Lo que oía con esos enormes audífonos le causaba muchísima gracia, y se reía con ganas, desde muy adentro.
Primero todos lo miramos raro dentro del vagón, pero lentamente empezaron a asomar sutiles sonrisas por doquier, luego risitas, y al final varios terminamos riéndonos a carcajadas.
Nadie supo qué venía escuchando el muchacho. Se bajó tranquilamente en una estación atiborrada y se fue feliz, como si nada…
En el vagón se apagaron una a una las sonrisas, la mía también.
Ahora me río cada vez que lo recuerdo, y agradecida veo cómo mi día vuelve a iluminarse.


Angela Claverie

www.migratitud.blogspot.com

17 de febrero de 2009

POESÍA / Médeliz Aguirre







MUERTO O DESAPARECIDO



T
enías estampa de macho recio,
modelo rústico de jinete avezado,
montando en rápido trote tu caballo negro.
Hijo mío, gladiador romántico de feudo,
cubierto de una coraza y un yelmo.
Acumulabas risas al hogar de tu infancia.
Venías alegre sembrando semillas
de hombre bueno, lleno y contento.
Tu y yo íbamos anudados por una
cadena de eslabones firmes y completos.
De pronto un vacío, ya no tengo.
Se quebró mi sosiego en estallidos
de inquietas sombras y de lágrimas.
Desapareciste en los crepúsculos.
¿Cuáles fueron tus nuevos desafíos,
que no me amarraste a tus sueños?
Te he buscado por las fuentes divinas,
por los largos límites de los pueblos,
los rincones recóndito de los bosques,
el verde rojizo de las profundas aguas.
Aún no te encuentro.
Las señas indican que estás muerto.
Yo me niego, me esparzo en pedazos,
desbordo mis lágrimas secas.
Me envuelvo en doble envoltorio,
cubriendo mi pena y mis llagas.
No quiero quedar sin aliento, buscándote
en sueños adormecidos en mi almohada.
Te acercas sonriendo detrás de un espejo,
corro abrazarte y encuentro vacíos mis brazos.
Lo incierto del mañana de mis esperanzas
es el tormento de encontrarte vivo o muerto.
¿Dónde estás, dónde te ubico?
No hay ningún alero que me responda.
Ninguna tumba de mármol que acoja tu cuerpo.
Ninguna referencia del aire que indique tu tiempo.
Desapareciste con trancos largos, silenciosos,
dejando en amarga penumbra tu casa.
No se mantienen los pilares con tu ausencia.
Falta tu risa y tu figura que la sostenga.
Vago llevando tu imagen en mi mano.
Mi rutina gastada, vuelve empezar de nuevo.
Te buscaré hasta dejar mis huesos rotos.
Quizás estén los tuyos en la tierra protegidos
esperando con un grito reunirse con los míos.
Te sentiré por fin en mis venas llorando,
de nuevo haremos una cadena inseparable.
Hijo mío, pedazo de mis pedazos esparcidos.



Médeliz Aguirre
Poeta de la comuna de maipú.

2º lugar, Concurso de Poesía RECORDANDO A PABLO Y GABRIELA , del Centro Cultural Manuel Guerrero.

15 de febrero de 2009

LARGA DISTANCIA / Enrique Caballero Arias / desde Venezuela.






SIRENA SIN ESCAMAS

E
ntre ella, mi sirena gime, lucha, resuella, suspira,
clamorea, silva, aúlla
…, qué sé yo
expresando al amor íntimamente.

Ya no siento sus escamas,
solo su tersa piel como hojarascas,
que del mar, me tienen perturbado
es amor de enamorados encanto sibilante fascinación del atlántico salino.
Ahora su desnudez es, de perfecta mujer sueño del marino
en correrías a singladuras-callejuelas-expediciones
entre sortilegios encantados divina piel, hollejos de las algas
y corales tintura suave que del calamar es huella.

Colores tornasoles con la riqueza del azul que le rodea
es tersura sutil, así cual reflejo de la luna en las playuelas
cuando la mansedumbre del momento se hace intensa
al hacerte el amor sobre la espuma cual lecho de pasión agudo, inmenso mas que eterno, sumido en tus encantos.
Hoy al fin, desnudo al amor entre su hechizo,
pero he perdido mi libertad.
Me tienes abrumado
soy de ella; de ti, sólo de ti.



Enrique Caballero Arias
Poeta de Venezuela

Imagen: "Sirena con Pez Rojo", de Mi Galería de Pinturas.

14 de febrero de 2009

COMENTARIO / Violencia en Quilicura, Amanda Espejo


Hoy, en el diario del día, otra vez nuestra comuna hace noticia. Tristemente, noticia. La página de la crónica roja reza así:


HOMBRE ASESINA A MARTILLAZOS A LA HIJA DE SU PAREJA EN QUILICURA.

"Eran cerca de las once de la mañana del jueves. Claudio Venegas (19) tomó una pastilla que le dió su amigo y encendió un cigarrillo de marihuana en la casa de su pareja de 33 años. En la vivienda se encontraba su hijastra, Silvia, de l6 años, quien recriminó a Venegas por consumir drogas en su hogar. El hombre, entonces, tomó un martillo y la golpeó tres veces en la cabeza, luego la violó y ahorcó mientras agonizaba. Tras perpetrar el crimen, Venegas huyó en su bicicleta".

No es primera vez que hechos de esta clase ocurren aquí, ni en cualquier lado. El caso es que esta vez volvió a ser aquí, una vez más. Y me pregunto, entonces... ¿de qué sirven las charlas, casas de ayuda , las reformas de leyes y los centros de acogida que se inauguran con tanto bombo si el problema sigue inalterable en su forma primitiva?
Han pasado años en donde la antigua administración de la comuna pregonó cambios y repartió mes a mes el "periodico" de Buenas Nuevas lleno de logros. Sin embargo, cada vez que quilicura es noticia, lo es por temas negativos, aumentando de manera preocupante los casos de drogadicción, violencia intrafamiliar y femicidios.
Me pregunto... ¿se puede esperar algún cambio ahora, en una nueva gestión? Y si no fuese así... ¿qué nos queda a los ciudadanos que ansiamos vivir en armonía y respeto?
No lo sé... pero esto me hizo recordar un caso anterior - dos años atrás - en donde la impresión de la bestialidad del actuar, me impulsó a escribir sobre el tema. Hoy lo expongo ante ustedes como una forma de solidarizar con la familia de la niña ( y las niñas y niños ) asesinada y también, porque los poetas debemos protestar en esta clase de hechos con lo que tenemos en la mano. En este caso, con la palabra escrita.
Como sea. Algo hay que hacer.





Por una niña.
Por el mundo.
Por el dolor.



A ti te hablo "gran héroe":
espera un momento, (aguanta… aguanta…)
Sé que cuesta, pero vale la pena.
No te precipites:
haz que confíe plenamente en ti.
Sacrifica en ello unas caricias:
una mano en su espalda,
un roce tuyo en sus labios
tus dedos en sus cabellos y en la curva de su cadera.
Invierte algunas palabras, mira los atardeceres
suspira un poco (que poco te cuesta)
e invéntale unos versos a las puestas de sol
y ella incluida, ¡Claro!
Haz que se derrita en ti.
Tómala en tus brazos
forma una ronda en el aire hasta que brote ligera su risa,
y entonces,
¡Bótala!
Y toma impulso en ello.
¿Desde hace cuanto que lo esperas?
Tu momento ha llegado:
¡Písala!
Baila sobre sus costillas.
No dejes que se levante, que entienda su rol:
un simple limpiapiés.
¡Húndela!
Mete su cabeza en el tacho de agua,
si es posible sálala,
que no se la beba, no es el fin.
¡Destrózala!
Desmenuza ante sus ojos una a una las promesas escritas.
¡Ríete, goza al hacerlo!
Los brazos, hacia atrás, que asuma lo que es:
un títere, una muñeca en tus manos.
¡Arrójala!
Recuerda tu infancia y los dichos de tus padres:
“Los niños no juegan con muñecas”,
Por lo tanto,
Las porcelanas no son tu asunto.
¡Quiébrala!
No mires su gesto de estúpida ni sus tristes lágrimas azules.
Que no inspiren tu compasión.
¿Qué tiene ella de especial?
¿Acaso tiene alas?
No te engañes:
no hay ángeles en la tierra,
y de haberlos… ¡obvio!, tú serías el primero.
¡Mírala!
Ya casi no respira.
No se mueve…
No se queja…
No te mira…
(Los golpes de su cara y el ojo extraviado, no la dejan).
Es el despojo de sus propias vivencias
(Y las tuyas).
La escultura de tu genio.
Una instalación viva.
Tu obra.
El fin.
“El placer de la creación radica… en poder destruir lo creado”.
(Palabra del dios).
¿Qué otra cosa esperar?
¡Alégrate!
¿No eres TÚ la mejor muestra de ello?
¿La demostración “ in situ” de la degradación humana?
En el albor, un hombre.
Durante el apogeo, una bestia.
Y en el ocaso, la podredumbre:
una piel deshilachada
conteniendo a duras penas la mierda.
Mierda esparciéndose sobre la tierra.
Mierda fundiéndose bajo la tierra.
Bajo tierra: tú,
nada más que un montón de gusanos.
Finalmente,
TÚ.



Amanda Espejo Quilicura / 7 / 9 / 2006

10 de febrero de 2009

LETRA NUEVA / Dilcia Mendoza V.




DILCIA MENDOZA y su libro Cuentos In-mortales

Cuentos In-mortales es una recopilación de historias que se suceden.
no tienen otra intención que la de ser escritos, y leídos por quién deseee hacerlo.
Siempre he pensado que cualquier persona que tenga la inquietud de escribir puede hacerlo y dejarnos su visión de la vida y sus entornos; porque uno escribe desde su prisma, de su realidad, desde la mirada personal de la vida. Desde ahí vamos dejando estelas, huellas por donde quizás, otro pasará por el mismo lugar. Aunque pase por la misma huella, siempre será diferente, un minuto de otro ya lo es.
Eso me impresiona mucho siempre, el saber que todos podemos hacer lo mismo al mismo tiempo en el mismo lugar, y será totalmente distinto, y las repeticiones son formas de llegar a la armonía con la vida y el universo, nada más, no es para ser un ícono de perfección.
Estos cuentos, son, sin ninguna pretención, una mirada desde mis ojos.

La autora.



ARCO IRIS

Página 36

M
e compré un payasito, ¡qué lindo el payasito!, tiene cinco colores en su vestimenta y una enorme sonrisa, me gusta su sombrero y como se sienta, parece que quiere decirme algo...No es un secreto, porque a todos lo quiere contar, es muy lindo mi payasito. ¡Quiero que todos lo vean, jajá! , se parece al arco iris cuando está contento, o a la lluvia que cae entre el sol y las nubes, esas blanquitas que se distancian unas a otras, dejando ese espacio, admirando sus colores de fantasías y aunque las gotas de lluvia nos mojen, a mí me gustan esas gotas porque son tibias. Mi payaso también es tibio, no sé cómo llamarlo, lo que si sé, es que me alegra el corazón cuando lo miro, y me sonríe cuando quiero llorar.
Es pequeño, pero, también parece un gigante, no cualquiera puede verlo, pero el que quiera hacerlo, sé que le hará sonreír y le querrá contar lo mismo que me cuenta a mí.
Tiene un mameluco multicolor, eso lo que más me gusta, que sus colores han comenzado a pintar mi carne y mis sentidos y he comenzado a bailar.
Yo con ellos me envuelvo de rojo, amarillo, azul, verde, violeta, naranjo, blanco y granate. Las mejillas sonrojadas como en los días de atrás cuando tenía seis o siete años y jugaba en el barro o me mojaba bajo la lluvia, o también cuando andaba a pie pelado aunque mi papá se enojara mucho, él era zapatero, ¡imagínense!, ¡la hija del zapatero a pie pelado!, jajajá.
Cuando yo veo a mi payasito también veo a mi papá, a mi mamá, a mis hermanos, con los colores que ellos pintaban mi vida, mi casa, mi pasado, presente y mi futuro, no, ese lo pintó yo.
Entonces me pongo a llorar igual no más, porque los recuerdos son así, llorones. Luego pasan, como la lluvia y se despeja.


Dilcia Mendoza
Cuento de su libro CUENTOS IN-MORTALES

Publicado en La Mancha número ocho.

7 de febrero de 2009

POESÍA / " Hablando de Faltas", Amanda Espejo



Hablando de FALTAS

P
ara contigo pasa, que...

Le encontré el sentido
a la palabra FALTA
y se antepone al tiempo,
al espacio, al habla,
al descanso de la noche
y al romper de la mañana.
Y faltan caminos nuevos
con estaciones y plazas
en donde agarrar aliento
para gritar fuerte ¡FALTA!
Faltan peldaños que suben,
faltan planicies que bajan,
falta volumen, reverso, pizarra,
para graficar las fórmulas
los excesos, las confianzas.
Faltan dedos en mis manos
para descubrir tu espalda.
Faltan besos en las bocas
falta goce en las gargantas
falta tirar la cordura
falta locura en las sábanas.
Y en contrapunto perfecto,
si hay algo que sobra...
son ganas.


Amanda Espejo
Grupo LA MANCHA
Publicado en la mancha número seis.

2 de febrero de 2009

POESÍA / Ulises Lizama





ACTO



E
l acto de recordarte
se ha hecho una rutina,
una cadena silenciosa
porque, es sólo acto mío.
El acto de recordarte
se ha hecho doloroso
porque, me muerdes incluso,
desde la distancia repugnante.

Es triste ser triste...
Caminar por las calles tristes
pensando en los tiempos idos,
irremediablemente idos
inmensamente idos.

Me cuesta no abrazarte
desde nuestro pasado, porque parece
que alimentas mi hoguera
y parece, que no hubiera más que pasado.

En fin,
bebamos ahora por el futuro
por lo que nos viene.



Ulises Lizama
Publicado en La Mancha número seis.


Ilustración: María Elena Granzella, artista argentina.

POESÍA / Javier Torres



EL CUIDADOR DE AVES



stás mirando cómo salen las aves
a buscar el claro del día,
Y para anunciar tu nueva ruta,
dónde debes estar para recibirlas.


Mirarás donde encuentres ríos de agua fresca
y encontrarás sumergida en sus aguas
el nombre de cada una de ellas.


Y como un padre que no sabe de sus hijos
si no es por la memoria del viento
que se graba en sus alas,
sabrás nombrarlos sin equivocar ni confundir
a ninguno de ellos.



Javier Torres
Poeta residente en Valparaíso


Publicado en La Mancha número cinco.