¿ Y USTED?
Ahí estaba ella como siempre, con su amplia sonrisa como tácito saludo.
La veía cada mañana al pasar camino al paradero, desde hacía años, y sin embargo jamás habíamos cruzado palabra.
En el barrio comentaban que era mucho mayor de lo que parecía, que vivía su vida con simpleza y bastante lejos de lo considerado “esperable o normal” y, sobretodo, que hablar con ella le había cambiado la vida a muchos.
Esa mañana decidí averiguarlo por mí mismo. Al ver su generosa sonrisa le dije:
-Buenos días! …¿Cómo está?
-Feliz, como siempre !! ¿Y Usted? – contestó.
Me dejó pensando… Ellos tenían razón.
CONTAGIANDO MARAVILLAS
Comenzó suavecito, luego se hizo evidente. Lo que oía con esos enormes audífonos le causaba muchísima gracia, y se reía con ganas, desde muy adentro.
Primero todos lo miramos raro dentro del vagón, pero lentamente empezaron a asomar sutiles sonrisas por doquier, luego risitas, y al final varios terminamos riéndonos a carcajadas.
Nadie supo qué venía escuchando el muchacho. Se bajó tranquilamente en una estación atiborrada y se fue feliz, como si nada…
En el vagón se apagaron una a una las sonrisas, la mía también.
Ahora me río cada vez que lo recuerdo, y agradecida veo cómo mi día vuelve a iluminarse.
Angela Claverie
www.migratitud.blogspot.com
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