30 de junio de 2014

INVITACIÓN / LO QUE OCULTAN LOS VESTIDOS, de Lila Calderón


Editorial Bordes invita:
Presentación del libro 

LO QUE OCULTAN LOS VESTIDOS de Lila Calderón


  Miércoles 9 de julio, a las 19:00 hrs.

en la sala Ercilla de la Biblioteca Nacional.


Presentará el libro: Andrés Morales.



Se ofrecerá el cóctel y vino de honor al público asistente.

Se ruega puntualidad,  el evento comenzará a la hora establecida.

Lila Calderón / Escritora, Comunicadora Audiovisual, Magíster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile. 
Ha publicado en poesía Balance de blanco en el ángel triste de Durero (1993); In Memoriam (1995); Por suerte había otra vida (1999), Piel de maniquí (1999), y Animal cautivo (2010). En narrativa Animalia (2002), La gran fuga (2002), La ciudad de los temblores (2002) y Estrella y el caleidoscopio (Ed. Zig-Zag, 2013). 
Su obra se encuentra antologada en Nueva poesía latinoamericana (UNAM, México, 1999), Los Poetas y el General (Editorial LOM, 2002), Poetas del mundo latino (México. Solar Editores, 2003), Vigencia del epigrama (México, 2006), Poéticas de Chile / Chilean Poets on the art of Poetry (Gonzalo Contreras, Chile, Étnika ediciones, 2007); Casa de luciérnagas (Mario Campaña, España, Ed. Bruguera, 2007); Los cuatro puntos cardinales son tres: el sur y el norte (Damaris Calderón, Cuba, Ed. Arte y Literatura, 2008); Poesía y prosa chilena ÜLKANTUN KA EPEW CHILEMAPU MEW, Edición bilingüe (Elikura Chihuilaf, 2009). 
Obtuvo el Primer Premio Video-poesía de la FILSA (1994) y El Primer Premio en Encuentro de Cine y Video del Caribe en Cuba (1998). Expuso trabajos de poesía visual, poesía y pintura, entre los que destacan: Liquidación por cambio de temporada (Biblioteca Nacional, 2005) y Diosas Tutelares (Posada del Corregidor, 2013). 
Blo

25 de junio de 2014

LARGA DISTANCIA / Liliana Teresa Chávez, desde Argentina






“Para que las palabras no basten
Es preciso alguna muerte en el corazón”

Alejandra Pizarnik



Adentro, madre
me habitará por siempre el amor.
También sucede
nuestra imperfección.

Hay más silencio
en el propio silencio
más ímpetu
en lo que el grito muestra

y en la lágrima.

Cada cual tiene su paladar

De tragos amargos
se habla siempre.

En lo que a mí concierne
la hiel no se devuelve
se queda
invade
cava
se deja aspirar por la vida

todo el resto del tiempo.



En lo talado
de golpe
un brote insiste.

Como ninguna luna
se resigna menguante
después
de la redondez y el brillo.

A nadie acostumbrado al cielo
se pone boca abajo.


Y a veces la realidad
es una verdad tardía.
Se estanca a los pies del vació
sin ningún fervor
como un borde
a la orilla de sí mismo.

Un pájaro que desde el cielo
cae.


Cómo será
caer en el vacío
no tener un Dios
que de esperanza

mirar alrededor
no ver a nadie
insistir con uno mismo.


El silencio
camina en círculos
bordea la cama
se detiene
en el marco de la puerta

en el Cristo de madera
en su boca.


Sus quejidos
son trozos de vidrio
cayendo de punta.
Llamas
que alcanzan altura
que todo
lo queman

Todo.



Del libro: Dos estaciones y media, páginas 11 – 19.

*****

Liliana Teresa Chávez / narradora y poeta. Nació en Deán Funes, en 1956. Reside en Córdoba Capital. Argentina.

Publicó el poemario “Sobre lo baldío” (Argos, 2009) y participó de numerosas antologías en el país y en el extranjero. 
Integra REMES (Registro Mundial de Escritores en Español) y forma parte del staff del Boletín Literario Basta ya! 
Colaboradora de varias páginas de difusión cultural. Cofundadora de Artistas y Pensadores Independientes (api) e iniciadora - junto a Laura García del Castaño – del Café Literario La Bandada. Conduce desde el 2009 el programa radial Luna de Pájaros por FM Activa de la ciudad de Córdova.


19 de junio de 2014

POESÍA / Juan Millalef Railef






MALEN



Malen del bosque,
del incierto cabotaje del viento.
Hay una urbe de cerros lastimosos,
pasa la luna saltando edificios.
Su luz tenue
arma y enfrenta batallas
fluorescentes, que penetran
lacerando la tranquila imagen tuya.

-Malen
¡Cuán tas veces
hemos cantado en esos bosques!
Si suenan las campanas, o
los cientos de guijarros
de tu hermoso sendero,
yo volveré
volveré a frotarme en la pradera
pasto miel, hecho leche verde.
Malen, dulce luna osiática
ven a platicar con los sarcófagos
sedeños pergaminos.

Afuera, en lejanía
cerros geométricos
Arriba, circulares encendidos
como cielo en esperanza.
Sueñan mis sueños
esas muchas ilusiones, de ti…
Afuera y en la tarde
enfrentando la urbe  del hombre foráneo…
¿Habrá un automóvil que lleve
tu dulce rostro feliz, enmascarado
tu cuerpo, tus piernas
vestida de elegante  fiffis
caminando serpeante  a la escala mekano?

Subirán los montes de cemento
apuñando las luces
reflejadas en el aire cansino
como atrapando luciérnagas
enamoradas del Mapocho.
Tú, Malen,
eras mi Malen
desde el ventanal dormido
por la neblina artificial.
Cerraron tus párpados
en esos ojos divertidos
prisionera del cuarto urbano.
Hasta ahí no llegan las dichas
de la ruralidad,
porque todos hemos nacido campesinos
desde la matriz materna.

Ahora, tu vestimenta de gala
de aquella gran fiesta, bautizo de fierros
enlazados en argamasa de cemento.

El verde pasto, adorno
de la ciudadela hervíbora e insectífera,
en esta fiesta, es verde lágrima
de un derrapar olvidado
en aquellas tullerías brumosas, curimbosas.

Pastizales
tejidos de adornos florales
si  los dos, cual abeja en el panal.

Fuiste Malén,
bienhechora de la pereza dulce
aquél almíbar lacado en los labios,
vestal de ensueños.
Cuando pronuncies ruralidad
con amor adherido, como una promesa
regresaré Malen al recuerdo
del pasto miel.
Ven, te diré: leche verde, mi dulce
luna osiática…
Adentro, en la pradera nos esperan
los sueños han despertado
el sol es la única estrella.
Nos quiere recibir
por tanto tiempo perdido.


12 de junio de 2014

LARGA DISTANCIA / Sebastián Olaso, desde Argentina

"Control sobre mis ojos", Yaguarón Ediciones




 Poemas de CONTROL SOBRE MIS OJOS
(Libro primero: Para sangrar o volver)


I

Hay aguas que son luz en la sangre
y su gorjeo
me despierta, me desnuda, me despide, me destruye
me desea
y yo me detengo a vivir,
bajo la lágrima del pecho que se sabe envejecida.
Ya no será temprano en esos acuarios prometidos
donde mis padres soñaron lo que soy
y donde ser lo que han soñado es apenas un fraude,
una galaxia triste y diminuta
sin más que un cuerpo donde girar
o recostarse
o reconocer impensables cadenas
de ajeno rojo amor.
En estas aguas he aprendido a serenar los ocasos invisibles
que con solamente tres palabras
me permiten morir, o matar o viajar
hacia otros corazones
que en este silencio, son la misma cosa.
Como un peldaño lanzado al viento
escalo
vibro
nado en estas aguas que son luz en la sangre
con la tarea despiadada de ubicarme en mi osamenta,
de acostumbrar mis contornos a la gris estructura
de este habitante feliz, que tiembla por mis dedos
y deshace valijas.


II

A veces me lamento de contar
con tan pocas palabras, con tan pocos gestos,
de sentir apenas lo que siento,
de no poder diseñar otro destino
con otra fuerza, otra dimensión,
que se prolongue un poco, tan sólo un poco más allá.
Me lamento de estos límites
de estas desgraciadas cadenas
que me atan como si mataran,
que me ajustan al talle de lo que soy
sin dejarme empujar mis miserias un poco,
tan sólo un poco más allá.
¿Cómo desgarrar este entramado,
cómo seducir las amplitudes de la ausencia,
cómo revolver esta ecuación de sumar y sumar
tantos puñados de pobreza que nunca serán otra cosa
que uno, que la unidad de uno mismo:
el esfuerzo más el dolor más el coraje
el amor, más el futuro más el verbo, la osadía
más el hambre, el miedo  más la música?
Sumarse por completo es casi como no sumar nada,
es casi lo mismo que arrastrarse por los gastados papeles de la tierra
dejándose vencer antes de dar el  primer paso,
antes de dar el primer beso, la estocada más feroz.
Es casi lo mismo llorar que desnudarse
mentir que gritar, dormir que mirar fijo,
que mirar fijamente a los ojos para afirmar las pasiones,
que mirar fijamente los ojos para no escuchar.
A veces me lamento de que tanto mundo por delante
se escape irremediablemente de mi paso por el mundo.




Otros enlaces del autor:




SEBASTIÁN OLASO nació en San Nicolás (Provincia de Buenos Aires) en 1968. Desde 1986 reside en la ciudad de Buenos Aires. Estudió Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y periodismo en el Taller Escuela Agencia (TEA). Concurrió a los talleres literarios de Ana María Rodríguez Francia, Pablo Ingberg, Nicolás Bratosevich y Liliana Heker, al taller de periodismo de Vicente Zito Lema y al taller de teatro de Lorenzo Quinteros. Integró los grupos literarios nicoleños ANJE y Disámara.
Trabaja como corrector literario, editor y corrector de estilo de traducciones y material pedagógico. También coordina talleres de poesía, de narrativa y de lectura y análisis literario.

En 2007 dictó seminarios sobre creatividad en la literatura argentina en el Lateinamerika - Forum de Berlín (Alemania), en la Librería Hispanoamericana La Rayuela, también de Berlín, y en la Maison de l´Amérique Latine de Estrasburgo (Francia). Participó en la antología Animales distintos. Muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesentas (Ediciones Arlequín, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes -FONCA-, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes -CONACULTA-, Sigma Servicios Editoriales, México, 2008).  Publicó en colaboración el libro de cuentos “El segundo cuento de la historia de la humanidad” (Cangrejal Ediciones, 1993). Ha publicado dos libros de poesía: “Control sobre mis ojos” (Yaguarón Ediciones, 2006) y "Tiranía del desborde" (Editorial Vinciguerra, 2009).



8 de junio de 2014

EL LIBRERO / NO EL AZAR - HORS DU HASARD, Andrés Morales


Edición bilingüe de Ediciones GrilloM - 1987


Parte III

EL MAR LLENO DE MUERTOS
(EGEO)


El mar lleno de muertos de la tierra
Juan Ramón Jiménez

                                                                                               A Yorgos Seferis


I

¿Oyes cómo tiembla su silencio
ves cómo se rompe entre tus cejas?

Es el mar

Recorrriendo sus cenizas   galopando

De noche como un muelle
anclado   entero   firme

El mar

II

Han pasado caravanas
va gimiendo

Sus llagas se descubren el cielo

Han pasado muchos fuegos
va gimiendo

Abren grietas en su cara
van clavando
sus brazos en la tierra

En la tierra

III

Allí está la gran muralla
ya navega

(No es el sol el que se pierde
no es la noche)

Al romperse los cristales muere el mar

IV

El mar lleno de muertos se levanta

Corre el náufrago a la playa
no regresa

Son los peces que soñaron
son las piedras

El mar lleno de muertos no descansa.


TEMPESTAD

                                    Valparaíso 

Olor a muerte, dijo ella
cerraban el salón
abrían las ventanas

Los del navío esperan llegar pronto
subir las escaleras   beberse todo el mundo

Olor a muerte en la bahía:

La tempestad se hunde   rompe   despedaza.


NAUFRAGIO

Desde siempre caminaron esas olas
deshaciéndose en los ojos del marino

(ese ritmo de abandono   su destello)
Desde siempre en esta playa
un solo ritmo


buscando en las arenas su naufragio.



Andrés Morales Milohnic



ANDRÉS MORALES nació en Santiago de Chile en 1962. Poeta y ensayista. Es Licenciado en Literatura por la Universidad de Chile y Doctor en Filosofía y Letras con mención en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona (España). 
Ha publicado diecinueve libros de poesía: Por ínsulas extrañas (1982); Soliloquio de fuego (1984); Lázaro siempre llora (1985); No el azar/Hors du hasard (1987); Ejercicio del decir (1989); Verbo (1991); Vicio de belleza (1992); Visión del oráculo (1993); Romper los ojos (1995); El arte de la guerra (1995); Escenas del derrumbe de Occidente (1998); Réquiem (2001); Antología Personal (2001); Izabrane Pjesme (Poesía Reunida, 2002); Memoria Muerta (2003), Demonio de la nada (2005), Los Cantos de la Sibila (2009), Ejercicio de Escribir (Cubo Anatrópico, libro-objeto, 2010) y Antología Breve (Libro electrónico, 2011). 

5 de junio de 2014

EL LIBRERO / MIRADOR URBANO, Antología Taller Literario La Mampara





LAMENTO DEL MINOTAURO
Irma Cornejo Serra (Pág. 96)

 
Príncipe infeliz
en sórdido encierro
de infiernos repetido,
como brioso remolino
laberinto insondable
voy girando.
Mis ojos llamaradas
de topacios que no arden.

Mi corona, mi calzado
son tan duros como el hambre.

¡Ay! La tierra que es mi amiga
me aprisiona y aleja
de los astros que presagian mi destino.

-Huye venus-
Parsifea, madre cruel,
tú que dos veces engañaste,
ven a mí, abre la reja:
soy tu hijo escarnecido
Ya mi muerte no retardes.

 
 AUTORRETRATO
Eduardo Cáceres Rojas (Pág. 85)

 
Aunque no fui pintor.
Aunque no fui paisajista.
Aunque no fui concertista.
Aunque no fui folclorista.
Aunque no fui un lírico.
Aunque no fui un actor.
Aunque no fui un músico.
Aunque no fui un poeta.
Aunque no fui un literato.

Admiro los panoramas.
Admiro el mar y la montaña.
Admiro el son de la guitarra.
Admiro la cueca y la tonada.
Admiro el bel canto.
Aprecio el cine y el teatro.
Aprecio los conciertos y el tango.
Algunos versos  escribí.
Innumerables libros leí.

 Aunque no fui un artista
a la vida supe darle valor,
muchas veces protagonista
y en otras, espectador.

 
HORAS NOSTÁLGICAS
Silvia Valenzuela Jeria (Pág. 71)

 
Es hora de nostalgias
hora de pintar de rojo
las flores del recuerdo,
de azul, el cielo enrarecido.
Tejer un ovillo de palabras no dichas
de caricias negadas
de besos no dados, para ofrendarlos
a dioses ancestrales.
Cantar…con una canción al viento
los años verdes compartidos.
Esperar los frutos maduros del mañana.
Añoro tu mirada, hoy uvas ciegas
convertidas en crisol de mis pupilas
pero extraño más aún
la magia de tu risa.

Es hora de acallar
la sangre alborotada
de apagar la urgencia del ahora
y en un misal de ritos
al vino hacerlo agua.

 
*****

Autores de Antología de Cuentos y Poemas Mirador Urbano:

Gabriela Saavedra Jiménez
María Aravena Cabezas
Irene Peñaloza Sánchez
María Antonieta Ávila Rojas
Gabriela Sepúlveda O´Haventin
Jaime Rojas Donare
Silvia Valenzuela Jeria
Flora Quintanilla Varas
Eduardo Cáceres Rojas
Irma Cornejo Serra
Luz María Bórquez Pacheco