Se me viene la noche en un largo murmullo
de grillos y trenes
Hay en ella lejanas aguas
alas
voces de peces
Y un ligero perfume a luna nueva
Camino
llevo entre los ojos un tardío tiempo de luciérnagas
un silencio
un amado nombre de lirios anotado en las manos
Mi viejo manto de caminante
huele a patrias lejanas y a tierras.
Llevo en mi boca un resonar de fraguas
un calor de hierros
un gemir de arados
Escarbo en mis viejos cuadernos
ventanas abiertas a soles de noviembre
de grillos y trenes
Hay en ella lejanas aguas
alas
voces de peces
Y un ligero perfume a luna nueva
Camino
llevo entre los ojos un tardío tiempo de luciérnagas
un silencio
un amado nombre de lirios anotado en las manos
Mi viejo manto de caminante
huele a patrias lejanas y a tierras.
Llevo en mi boca un resonar de fraguas
un calor de hierros
un gemir de arados
Escarbo en mis viejos cuadernos
ventanas abiertas a soles de noviembre
para encontrar las antiguas palabras abro mis recuerdos
como si fueran un libro de poemas
como párpados de niños asombrados
como bocas buscando labios.
Para buscarte he dejado
clavado en un madero mi vieja gorra marinera
y mis ojos se abren a los tuyos
como si fueran largos caminos en ruta a la Vida
a la Luz
a la placidez crepuscular y lenta
que ya nos espera más allá de la tarde.
Frans Gris / Julio del 2007
como si fueran un libro de poemas
como párpados de niños asombrados
como bocas buscando labios.
Para buscarte he dejado
clavado en un madero mi vieja gorra marinera
y mis ojos se abren a los tuyos
como si fueran largos caminos en ruta a la Vida
a la Luz
a la placidez crepuscular y lenta
que ya nos espera más allá de la tarde.
Frans Gris / Julio del 2007
Publicado en la Mancha número nueve.
Dibujo: libro de poesía Pehuén
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