22 de Febrero del 2002
Hoy desperté aquí,
con mis gritos de infancia
con las casitas tristes,
las mismas luces
las mismas veredas gastadas
por el tiempo y la pobreza.
Volví a este lugar
queriendo rescatarme,
mas, sólo encontré rostros cansados,
manos abatidas
corazones silentes,
y nuevamente las mismas casitas
una y otra vez,
descascaradas,
como los hombres sucios
como las mujeres,
frente a un futuro que no existe
para nadie.
Hoy desperté aquí
para compartir contigo
un poco de mi historia,
la de tus abuelos,
la tuya...
Y me voy, con las manos vacías,
con el vientre lleno,
con la desazón de los otros,
tu esperanza, tus latidos
y mi melancolía.
Hoy desperté aquí,
con mis gritos de infancia
con las casitas tristes,
las mismas luces
las mismas veredas gastadas
por el tiempo y la pobreza.
Volví a este lugar
queriendo rescatarme,
mas, sólo encontré rostros cansados,
manos abatidas
corazones silentes,
y nuevamente las mismas casitas
una y otra vez,
descascaradas,
como los hombres sucios
como las mujeres,
frente a un futuro que no existe
para nadie.
Hoy desperté aquí
para compartir contigo
un poco de mi historia,
la de tus abuelos,
la tuya...
Y me voy, con las manos vacías,
con el vientre lleno,
con la desazón de los otros,
tu esperanza, tus latidos
y mi melancolía.
Para Cristóbal, al que aún no conozco más que en mis sueños.
Mama.
Mama.
Publicado en la mancha número nueve
Dibujo: Amanda
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