29 de agosto de 2012

NARRATIVA / Miguel de Loyola




ESCRITOR INVITADO A MESA REDONDA


El escritor es invitado a una mesa redonda cuyo tema será el hambre.
El lugar es un fastuoso salón del palacio Riesco, y hay mucha gente en la sala.
Hay cámaras de televisión, periodistas, radio…
Dos señoritas entalladas reciben a la gente a la entrada con una sonrisa.
El moderador, muy circunspecto tras el micrófono, da comienzo a la reunión.
Su voz se oye grave a través de los parlantes
Luego, ofrece de manera muy cordial la palabra.
Todos los participantes, premunidos de voces engoladas y ademanes estudiados, comienzan dando largas explicaciones, explayándose latamente sobre el tema, sus orígenes y sus causas.
Exponen sus argumentos con desenvoltura tal que sorprenden al escritor, quien de pronto se confunde y piensa que está en el teatro.
Estos tipos hablan y se desenvuelven como actores dramáticos, piensa.
Pero permanece en silencio, estupefacto.
Tampoco alguien le ofrece la palabra.
El moderador parece ignorarlo, mientras se acomoda una y otra vez la corbata.
Cuando la reunión termina, con las correspondientes conclusiones y aplausos por parte del público y de los propios participantes, el escritor recién toma la palabra.
Hace tres días que no pruebo bocado, dice.
Luego, se retira, sin aplausos, por cierto.




LEER UN CUENTO


El escritor llega temprano, preparado para leer. Le han pedido ser puntual, habrá mucho público. Por eso denota nerviosismo cuando entra a la sala, pero viene reconfortado con la idea de leer su obra más reciente. Ha estado escribiendo cuentos eróticos, y eso agrada al lector, le han dicho. El erotismo está de moda, y la gente sigue las modas,  hipnotizada, sin cuestionarse, como cerditos bíblicos hacia el barranco.

Sin embargo, ya son cerca de las 19:30 y no llega nadie a la sala. El escritor pregunta tímidamente si hicieron las invitaciones respectivas. El organizador confirma, aunque de manera vaga.




Tal vez no las hizo, es lo usual en estos casos, piensa el escritor.

O tal vez sí, y eso fue todavía peor, reflexiona. Su obra y su nombre no figura en ninguna parte. Sus libros no han sido comentados en la T.V., tampoco en radios, diarios y revistas.

Entonces comienza a sospechar, la muchedumbre no ha venido por eso, dice en voz alta.  
Además, hoy la gente pasa ocupada en cosas muy importantes, rara vez se ve público en las presentaciones de libros, salvo aquellas personas vinculadas afectivamente con el autor, o comercialmente con el editor, o culinariamente con el coctel.

Pero, a los lectores verdaderos, ¿Quién los conoce? ¿Acaso existen todavía? ¿Alguien los ha visto alguna vez? Se pregunta sorpresivamente el escritor, aunque la pregunta se la ha hecho en otras ocasiones, en la soledad de su cuarto, y también durante otras lecturas donde asola la misma soledad.

Aún así, sorpresivamente, a las 19:45 en punto, el escritor toma su lugar frente al micrófono y comienza a leer.

Aparte del organizador no hay nadie más. Están los dos solos y se siente el vacío en el interior de la sala.

El escritor mira hacia el público inexistente, y continúa leyendo, ahora con fuerza, con mayor vehemencia, sin importarle nada, lee como si la sala estuviera repleta de gente, al punto que sorprende al propio organizador del espectáculo, quien en algún momento, llega a ver la sala atestada de oyentes.  

El escritor bebe un sorbo de agua, se acuerda de la sonata de John Cage, 4´33¨, y continúa, inmutable, sin parar hasta terminar su relato. 




Publicados en La Mancha # 19, especial PURO CUENTO
Ilustración de Zara Bahdí


***


Miguel de Loyola
Profesor de Estado mención Castellano por la Pontificia Universidad Católica de Chile, 1981.
Magister en Letras mención Literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile, 1991.
Secretario de redacción de la Revista Literaria Proa, Argentina.
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile.
Editor de crítica y ensayo de la página web www.letrasdechile.cl

Publicaciones:
Bienvenido sea el día, cuentos, 1991, Ediciones Mar del Plata
Despedida de Soltero, novela, 1999, Lom Ediciones.
El desenredo, nouvelle,2004, Bravo y Allende editores.
Cuentos del Maule, 2006, Bravo y Allende Editores.
Esa vieja nostalgia, 2010, Bravo y Allende Editores.
Cuentos Inter-provinciales, 2012, Ediciones PROA.

2 comentarios:

Laura Sandoval dijo...

¡Buenisimo.........su realismo es producto de una gran obsevación,deja claro que estamos insertos en un mundo donde lo importante es "Opuesto a lo Valórico"............"Gracias"!

arjex dijo...

Me agradó la ironía, muy bueno. Saludos.