ESCRITOR INVITADO A MESA REDONDA
El escritor
es invitado a una mesa redonda cuyo tema será el hambre.
El lugar es un
fastuoso salón del palacio Riesco, y hay mucha gente en la sala.
Hay cámaras
de televisión, periodistas, radio…
Dos
señoritas entalladas reciben a la gente a la entrada con una sonrisa.
El
moderador, muy circunspecto tras el micrófono, da comienzo a la reunión.
Su voz se
oye grave a través de los parlantes
Luego,
ofrece de manera muy cordial la palabra.
Todos los
participantes, premunidos de voces engoladas y ademanes estudiados, comienzan
dando largas explicaciones, explayándose latamente sobre el tema, sus orígenes
y sus causas.
Exponen sus
argumentos con desenvoltura tal que sorprenden al escritor, quien de pronto se
confunde y piensa que está en el teatro.
Estos tipos
hablan y se desenvuelven como actores dramáticos, piensa.
Pero permanece
en silencio, estupefacto.
Tampoco
alguien le ofrece la palabra.
El moderador
parece ignorarlo, mientras se acomoda una y otra vez la corbata.
Cuando la
reunión termina, con las correspondientes conclusiones y aplausos por parte del
público y de los propios participantes, el escritor recién toma la palabra.
Hace tres
días que no pruebo bocado, dice.
Luego, se
retira, sin aplausos, por cierto.
LEER UN CUENTO
El escritor llega temprano, preparado para leer. Le han pedido ser
puntual, habrá mucho público. Por eso denota nerviosismo cuando entra a la
sala, pero viene reconfortado con la idea de leer su obra más reciente. Ha
estado escribiendo cuentos eróticos, y eso agrada al lector, le han dicho. El
erotismo está de moda, y la gente sigue las modas, hipnotizada, sin cuestionarse, como cerditos
bíblicos hacia el barranco.
Sin embargo, ya son cerca de las 19:30 y no llega nadie a la sala. El
escritor pregunta tímidamente si hicieron las invitaciones respectivas. El
organizador confirma, aunque de manera vaga.
Tal vez no las hizo, es lo usual en estos casos, piensa el escritor.
O tal vez sí, y eso fue todavía peor, reflexiona. Su obra y su nombre no
figura en ninguna parte. Sus libros no han sido comentados en la T.V ., tampoco en radios,
diarios y revistas.
Entonces comienza a sospechar, la muchedumbre no ha venido por eso, dice
en voz alta.
Además, hoy la gente pasa ocupada en cosas muy importantes, rara vez se
ve público en las presentaciones de libros, salvo aquellas personas vinculadas
afectivamente con el autor, o comercialmente con el editor, o culinariamente con
el coctel.
Pero, a los lectores verdaderos, ¿Quién los conoce? ¿Acaso existen
todavía? ¿Alguien los ha visto alguna vez? Se pregunta sorpresivamente el
escritor, aunque la pregunta se la ha hecho en otras ocasiones, en la soledad
de su cuarto, y también durante otras lecturas donde asola la misma soledad.
Aún así, sorpresivamente, a las 19:45 en punto, el escritor toma su
lugar frente al micrófono y comienza a leer.
Aparte del organizador no hay nadie más. Están los dos solos y se siente
el vacío en el interior de la sala.
El escritor mira hacia el público inexistente, y continúa leyendo, ahora
con fuerza, con mayor vehemencia, sin importarle nada, lee como si la sala
estuviera repleta de gente, al punto que sorprende al propio organizador del
espectáculo, quien en algún momento, llega a ver la sala atestada de oyentes.
El escritor bebe un sorbo de agua, se acuerda de la sonata de John Cage,
4´33¨, y continúa, inmutable, sin parar hasta terminar su relato.
Publicados en La Mancha # 19, especial PURO CUENTO
Ilustración de Zara Bahdí
***
Miguel de Loyola
Profesor de Estado
mención Castellano por la Pontificia Universidad Católica de Chile, 1981.
Magister en Letras
mención Literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile, 1991.
Secretario de
redacción de la
Revista Literaria Proa, Argentina.
Miembro del Círculo
de Críticos de Arte de Chile.
Editor de crítica y
ensayo de la página web www.letrasdechile.cl
Correo: deloyola@hotmail.com
Publicaciones:
Bienvenido sea el
día, cuentos, 1991, Ediciones Mar del Plata
Despedida de
Soltero, novela, 1999, Lom Ediciones.
El desenredo,
nouvelle,2004, Bravo y Allende editores.
Cuentos del Maule,
2006, Bravo y Allende Editores.
Esa vieja
nostalgia, 2010, Bravo y Allende Editores.
Cuentos Inter-provinciales, 2012, Ediciones PROA.
2 comentarios:
¡Buenisimo.........su realismo es producto de una gran obsevación,deja claro que estamos insertos en un mundo donde lo importante es "Opuesto a lo Valórico"............"Gracias"!
Me agradó la ironía, muy bueno. Saludos.
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