23 de septiembre de 2012

NARRATIVA / microcuentos de Margarita Bustos





SIEMPRE EN ÚLTIMO LUGAR


Tomó la micro como todas las mañanas. Combinó su vida y cada minuto crucial con los carros del metro. Corrió por las escaleras hasta entrar en el último vagón, siempre llegaba en último lugar a todas partes. Hoy sería diferente, sería la primera víctima en portada. El choque fue brutal.



GRITO


Quería lanzar un grito, pero era probable que a la altura de Plaza Italia no pudiera oírse, demasiadas consignas, tumulto y caos en la superficie amordazarían su gesto vital. Quería lanzar un grito, sentir que su garganta aún tenía voz. Cuarenta años barriendo el piso de la estación Baquedano sin pronunciar su nombre. Cincuenta lavando y cocinando en casa por las noches. Sesenta y cuatro susurrando sin haber lanzado un solo quejido, en dos días más la jubilarían y sellarían su palabra para siempre.




MUDA

El tiempo multiplicó tu ausencia, ya no caminaban tus voces por la habitación, me abrazaba absurdamente al recuerdo moribundo, porque tu aroma se desdibujaba con el paso de los meses, y yo perdía mi voz llamándote. Muda, aguardo que vuelvas a amordazar estas evocaciones.






TODO

Todo llegó para abarcarme en universos e inmensidades. Ningún mito griego le mencionó dentro de las deidades del Olimpo. Tampoco le encontré entre las leyendas del Sur de Chile como ser sobrenatural que es. Todo aparece a su antojo cada 99 años, dejándose ver por alguna ninfa que quiera anidar bajo su piel cuando está en tierra y sobre su oleaje cuando decide transmutarse junto a las mareas. Todo, prefiere que le llame así sólo cuando morimos entre las sábanas.


Ilustraciones de Zara Badhí ( Plástico Peñaloza)
Publicados en  La Mancha Nº19 , PURO CUENTO.