14 de agosto de 2010

ENTREVISTA / Alicia Morel, por Lucy Acuña.



Alicia Morel:
El valor de lo maravilloso.

* La escritora chilena, autora de más de 50 libros para niños -en edad y en espíritu-, conversa con La Mancha y nos habla de la riqueza de la tradición.

Un pozo inagotable donde recoger nuevas historias. Eso es para Alicia Morel, el contenido de los mitos y las leyendas de todos los países. Y es el secreto que nos revela, para inspirarnos también. “Las leyendas latinoamericanas son maravillosas, y están muy poco trajinadas”, dice. “A veces pintan el paraíso, a veces la creación del mundo…”.

Todo tipo de seres fantásticos han poblado la literatura de Alicia Morel desde que publicara su primer libro en 1956: Cuentos de la hormiguita cantora y el duende Melodía. Un mundo maravilloso que ha mostrado bajo títulos como Los Viajeros Invisibles y Leyendas bajo la Cruz del Sur. Son más de 50 libros, en 30 años de trabajo.

A sus 89 años, Alicia Morel no para de escribir. “Estoy en la tercera parte de una especie de saga que tengo, que comenzó con El viaje de los imposibles, en que yo me pregunto cómo llegaron los duendes a Chile”, cuenta. ¿Y cómo llegaron? “Con los alemanes, en un macetero donde traían los arbolitos de su tierra”, dice riendo.

¿Qué recomienda a los jóvenes? Empaparse de leyendas, mitos y relatos transmitidos de generación en generación, “porque contienen una verdad profunda”, dice clavando sus ojos profundamente celestes. LM.


Del libro de Alicia Morel "CUENTOS ARAUCANOS La Gente de la Tierra" de la Editorial Andrés Bello sacamos este prólogo escrito por su autora que nos orienta certeramente acerca de su contenido:


Prologo


Los mapuches, que quiere decir "gente de la tierra", por "mapu", tierra, y "che", gente, ocupaban una gran zona del cono austral de América del Sur, que abarcaba la parte central de Chile y Argentina.
Según su ubicación geográfica, se denominaban entre sí como "huilliches", gente del sur; "puelches", gente del este; "ranculches", gente del carrizo; "picunches", gente del norte; "pehuenches", gente del pehuén o araucaria, etc.
Para ellos tenían gran importancia los puntos cardinales y orientaban la construcción de sus rucas según éstos. Así, la puerta principal se abría al oriente; sus cobijas tenían la cabecera hacia la salida del sol y nunca de norte a sur o al contrario, porque según sus creencias, la primera ubicación daba vida y estaba protegida por los espíritus bienhechores, y la segunda traía enfermedades y hasta la muerte, porque “el sur es el punto por donde desaparecen los vivos, visitados de improviso por los malos espíritus que de allí vienen” (Tomás Guevara.)
Entonces no había límites definidos, como ahora, entre los países. Las guerras y escaramuzas hacinase entre caciques, tribus o confederaciones de tribus; la causa de sus peleas era principalmente por raptos de mujeres o por razones de supervivencia, al disputar un terreno apto para la agricultura y rico en plantas y árboles de los que sacaban su alimentación.
Subsisten sólo los mapuches que viven en Chile, ya que los llamados “pampas” argentinos fueron exterminados por las continuas guerrillas en su contra, la última de las cuales la dirigió el General Roca en 1879.
En Chile los mapuches viven desde el sur de Bio-Bio hasta Puerto Montt, ocupando diversos puntos en la precordillera de los Andes y en la costa.
Los que aún mantienen el lenguaje, los ritos y costumbres no pasan de los 200.000, aunque se considera que el total de mapuches asciende a unos 500.000, siendo estas cifras inseguras.
Otro punto discutible es el de la homogeneidad racial de los mapuches; si bien hablaban la misma lengua y practicaban parecidas costumbres, pueden haber tenido diferencias étnicas. Hay muchas teorías sobre el origen de las razas americanas que no corresponde tratar en este prólogo.
Sólo añadiremos que sin los pacientes y sabios investigadores que se dedicaron a lo largo de tres siglos al estudio de la lengua mapuche y a observar sus costumbres, ritos y tradiciones, no habríamos podido hacer la adaptación de sus hermosas creencias, llenas de espiritualidad. Estos pueblos no tuvieron o no alcanzaron a tener, como suponen algunos indigenistas, lenguaje escrito; al recoger su tradición oral se salvó en parte la misteriosa mitología cuyos orígenes se pierden en la prehistoria.


Alicia Morel

¿Quieres saber más sobre Alicia Morel?
Biografía en :Memoria Chilena
Libros en: Lectura viva 
Ver:  La curiosa infancia de Alicia Morel, 
 entrevista hecha por María Teresa Cárdenas para El Mercurio.


Lucy Acuña Avilés
Periodista
Radio Agricultura

1 comentario:

María Cristina dijo...

Qué interesante volver a saber algo sobre Alicia Morel y su admirable trabajo. Me apena, eso sí, que hoy por hoy no se le valore como merece a ella y a sus hermosos cuentos. Cuentos que si hoy fueran leídos por los niños y niñas de este tiempo...qué duda cabe!, otro gallo cantaría.
Desgraciadamente lo que reina en nuestra sociedad es el culto a la parafernalia y a todo lo superficial.