21 de marzo de 2009

POESÍA / Amanda Espejo





E L CUERPO



No ha de rendirse tan fácil ESTE cuerpo.
En contra absoluta de mi voluntad
NO ha de hacerlo.
Blindado al azar por deidad opositora
no ha de partirse en dos por el talle
ni cercenar en seco ambas muñecas.
(No sirve…) Se niega.
Sus vasos sanguíneos se cierran
reprimiendo el torrente que libera.

No ha de doblegarse mi cuello ni reverenciar mi cabeza
ante la soga en lazo de mi falso albedrío,
ni han de crujir sus vértebras por el motivo que sea:
el sentido… el llorado … el perdido.

La tierra ya está seca: baste con ello.

No han de lisiarse sus caderas
con el trotón estéril de los años.
El ansia misma de los pasos
las mantendrá indemnes, aún,
ante la ausencia de un camino.
No han de quebrarse estos huesos
como de simples mortales: de dentro a afuera.
Estos rebeldes se astillan hacia el centro de la médula,
despertando el punto experto del dolor.
No han de cejar en su empeño
hasta clonar en mi frente la corona de Cristo.

No ha de partirse este tórax como recurso final,
por diseño, está impedido.
De un tupido toma-y-tira son las fibras de su piel.
No ha de explosionar esta cuenca
ni menos, su vapuleado corazón.
No ha de dormirse el nombrado ni por sueño ni aflicción.
No le es VALIDO.
Por mandato, es NO permitido.
Ha de bombear imparable bajo el rigor
inclemente de los ALTOS
y bajos.

No han de torcerse estos dedos al punto
de no poder transcribir,
ni esta lengua transgresora que atina y yerra
ha de descansar en paz.
NO todavía.
No, mientras rueden por las sienes las ideas
de ida y venida, preconcebidas por otros,
manifestadas por mí.

No han de secarse estos ojos ante el incendio voraz,
ni ha de cesar la garganta de emitir sus gemidos
ante los cuatro vientos:
es el concierto a-penas de los sin-cordados,
los desposeídos de la calma primigenia.
No ha de escucharse otra cosa hasta el final de los tiempos,
ni ha de acabarse este, el mío,
a mi placía y alcance de mano.
No ha de acunar a este cuerpo la compasión del origen.

(…) tal vez, nunca la hubo,
y no FUE y no ha SIDO más que el mandato asfixiante
de quien ostenta el poder en un dedo
alzado a Voluntad (…)

No ha de saberse otra cosa
ni recalar en certezas.
No más en una que en otra.
No existe más presente que la fe del perdido,
la del castigo,
la de saber que estamos vivos.

Estamos vivos.

Estamos vivos.

Estamos vivos…





Amanda Espejo
Publicado en La mancha número doce.
Dibujo: Amanda

2 comentarios:

lichazul dijo...

que contundencia
estamos vivos!!
si señora, vivos

un abracito Genia!!!

Anónimo dijo...

SRES:

REPRESENTAN UNA VANGUARDIA Y ALERO LITERARIO , MUY BIEN LOGRADO.

TAN BUENO COMO DESCONOCIDO.

LES DESEOS PROGRESO SOSTENIDO Y FELICITACIONES POR LO LOGRADO
Y TODO EL EXITO QUE DA LA CALIDAD Y PERSEVERANCIA.

JOSE PEDRO REYES FRANZANI.