14 de febrero de 2009

COMENTARIO / Violencia en Quilicura, Amanda Espejo


Hoy, en el diario del día, otra vez nuestra comuna hace noticia. Tristemente, noticia. La página de la crónica roja reza así:


HOMBRE ASESINA A MARTILLAZOS A LA HIJA DE SU PAREJA EN QUILICURA.

"Eran cerca de las once de la mañana del jueves. Claudio Venegas (19) tomó una pastilla que le dió su amigo y encendió un cigarrillo de marihuana en la casa de su pareja de 33 años. En la vivienda se encontraba su hijastra, Silvia, de l6 años, quien recriminó a Venegas por consumir drogas en su hogar. El hombre, entonces, tomó un martillo y la golpeó tres veces en la cabeza, luego la violó y ahorcó mientras agonizaba. Tras perpetrar el crimen, Venegas huyó en su bicicleta".

No es primera vez que hechos de esta clase ocurren aquí, ni en cualquier lado. El caso es que esta vez volvió a ser aquí, una vez más. Y me pregunto, entonces... ¿de qué sirven las charlas, casas de ayuda , las reformas de leyes y los centros de acogida que se inauguran con tanto bombo si el problema sigue inalterable en su forma primitiva?
Han pasado años en donde la antigua administración de la comuna pregonó cambios y repartió mes a mes el "periodico" de Buenas Nuevas lleno de logros. Sin embargo, cada vez que quilicura es noticia, lo es por temas negativos, aumentando de manera preocupante los casos de drogadicción, violencia intrafamiliar y femicidios.
Me pregunto... ¿se puede esperar algún cambio ahora, en una nueva gestión? Y si no fuese así... ¿qué nos queda a los ciudadanos que ansiamos vivir en armonía y respeto?
No lo sé... pero esto me hizo recordar un caso anterior - dos años atrás - en donde la impresión de la bestialidad del actuar, me impulsó a escribir sobre el tema. Hoy lo expongo ante ustedes como una forma de solidarizar con la familia de la niña ( y las niñas y niños ) asesinada y también, porque los poetas debemos protestar en esta clase de hechos con lo que tenemos en la mano. En este caso, con la palabra escrita.
Como sea. Algo hay que hacer.





Por una niña.
Por el mundo.
Por el dolor.



A ti te hablo "gran héroe":
espera un momento, (aguanta… aguanta…)
Sé que cuesta, pero vale la pena.
No te precipites:
haz que confíe plenamente en ti.
Sacrifica en ello unas caricias:
una mano en su espalda,
un roce tuyo en sus labios
tus dedos en sus cabellos y en la curva de su cadera.
Invierte algunas palabras, mira los atardeceres
suspira un poco (que poco te cuesta)
e invéntale unos versos a las puestas de sol
y ella incluida, ¡Claro!
Haz que se derrita en ti.
Tómala en tus brazos
forma una ronda en el aire hasta que brote ligera su risa,
y entonces,
¡Bótala!
Y toma impulso en ello.
¿Desde hace cuanto que lo esperas?
Tu momento ha llegado:
¡Písala!
Baila sobre sus costillas.
No dejes que se levante, que entienda su rol:
un simple limpiapiés.
¡Húndela!
Mete su cabeza en el tacho de agua,
si es posible sálala,
que no se la beba, no es el fin.
¡Destrózala!
Desmenuza ante sus ojos una a una las promesas escritas.
¡Ríete, goza al hacerlo!
Los brazos, hacia atrás, que asuma lo que es:
un títere, una muñeca en tus manos.
¡Arrójala!
Recuerda tu infancia y los dichos de tus padres:
“Los niños no juegan con muñecas”,
Por lo tanto,
Las porcelanas no son tu asunto.
¡Quiébrala!
No mires su gesto de estúpida ni sus tristes lágrimas azules.
Que no inspiren tu compasión.
¿Qué tiene ella de especial?
¿Acaso tiene alas?
No te engañes:
no hay ángeles en la tierra,
y de haberlos… ¡obvio!, tú serías el primero.
¡Mírala!
Ya casi no respira.
No se mueve…
No se queja…
No te mira…
(Los golpes de su cara y el ojo extraviado, no la dejan).
Es el despojo de sus propias vivencias
(Y las tuyas).
La escultura de tu genio.
Una instalación viva.
Tu obra.
El fin.
“El placer de la creación radica… en poder destruir lo creado”.
(Palabra del dios).
¿Qué otra cosa esperar?
¡Alégrate!
¿No eres TÚ la mejor muestra de ello?
¿La demostración “ in situ” de la degradación humana?
En el albor, un hombre.
Durante el apogeo, una bestia.
Y en el ocaso, la podredumbre:
una piel deshilachada
conteniendo a duras penas la mierda.
Mierda esparciéndose sobre la tierra.
Mierda fundiéndose bajo la tierra.
Bajo tierra: tú,
nada más que un montón de gusanos.
Finalmente,
TÚ.



Amanda Espejo Quilicura / 7 / 9 / 2006

2 comentarios:

lichazul dijo...

las porcelanas no son tu asunto
ni las rosas , ni los sueños...
así ocurre y esto va en espiral ascendente, hasta cuándo más las rosas de porcelana seguirán siendo rotas y apiladas en una lista de justicia que está dormida o mejor dicho sedada...

BRAVO AMANDA!!!
voz y palabra de las sin voz
o de las acalladas a la fuerza

muakisitos de luz

Anónimo dijo...

ME PARECE MUY BIEN TOCAR ESTOS TEMAS, YA QUE EN GENERAL, CUANDO HAY UN FEMICIDIO FUERA DE UN OHHHHHHH
NO PASA ANDA, IGUAL COMO SI SE HUBIERA MUERTO UN PERRO.
YA BASTA DE CALLAR.

MARIANELA