21 de abril de 2015

POESÍA / Afredo Lavergne, cuatro poemas.







LAS REUNIONES DE PAÍSES GRANDES


Algo llevó mis ojos
a observar
y todos son jóvenes.

Algo me recuerdan sus máscaras antigases
Las matracas Los lanzaguas Las botas negras
Los escudos transparentes Los mercenarios
Las alambradas Los bastones eléctricos
Las balas Las de caucho Las en la carne
Los atrapadores Las calles en humo El grito
La consigna Los pañuelos La sal El limón
Las sirenas Las alarmas Las ambulancias
Los vehículos camuflados Las patadas
Los periodistas Las cámaras de la policía
Las vitrinas entabladas Las lacrimógenas
Los tanques Los aviones Los uniformes
Los sindicalistas encuadrados Los cascos
Los derechos humanos Los índices pacifistas
Los carros blindados Las barricadas

Los políticos partidos Los quebrados por la vida
La marihuana Los discursos Los cortes de luz
Las alianzas con moco La espera de la solidaridad
El movimiento de los lápices Las tomas de la mano
Los clichés Los populistas La contracultura
Los cordones traicionados Las cuerdas en las manos
La caminata El tren La marcha La manifestación
Las banderas Los póster Los murales La emboscada
El amigo El compañero El hombre nuevo El humano
Hasta luego Hasta siempre Hasta la victoria

este cuerpo ya más pesado
y mis panfletos comprometidos
en aprender de esos jóvenes.



TRANSTERRADO


Como me siento lejos de donde estoy
O porque me empujan hacia donde no iré
Camino
Y con un hábil golpe del lápiz
Que resume las imágenes Que lleva de viaje
Subo al tren.
Me devuelvo donde no deben ignorarme
Retorno porque lo anterior va conmigo
Regreso a mi ciudad y llego a otra.



DESPUÉS DE JAUJA


Soy feliz
Porque mi cuerpo busca su centro interior
Porque cambian de voz y los reconozco
Porque no soy de vuestras arengas
Porque nací en la inexactitud
Porque estorbo
Entre las máquinas de este fin de siglo
En esta década que lleva al crematorio
Al Homo cum industria Oh presente
Soy nada Soy nadie Polifemo Ulises
Vengan a mí los navíos
Que ya no se acusa por traicionar a la tierra.



EL ALCACHOFA TRASPLANTADO



Con el “illo perfectum” de la versorrea
Con la historia de la musa que roba el texto
Con el curso 501 de Identidad Moderna
Con el sanguíneo terminal del turisteo social
Con el eterno mal de envoltorio
Con libros hechos para que nos pensemos
Muy pero muy y más inteligente.
Y desde que Macarena quebró la escoba
Escupió sobre el brillo del piso
Metió la plancha al horno
y se liberó del corazón espinado.
Intenta desesperadamente integrarse
a los vegetales de la izquierda multifacética.


*****


Alfredo Lavergne
. Poeta chileno, Valparaíso 1951. Emigra a Canadá el año 1976, país en el que reemprende su tarea literaria y publica en diferentes medios literarios, donde logra dar a conocer su obra en extenso. Se radica en Québec, Montreal. Se suma al estudio de la obra huidobriana, al haiku (poesía japonesa) y a la creación literaria. Colabora en revistas especializadas, festivales y periódicos. Retorna a Santiago de Chile en 2005. Su obra ha sido incluida en diversas antologías y revistas. Ha publicado siete libros de poesía en castellano y tres bilingües en idiomas castellano-francés. Lavergne nos dice, “Bórrese todo lo que he escrito acerca de qué es poesía. Una vez más me parece sin límites, anterior a toda libertad y prefiero su estética crítica”. Y decir que “Los poetas son humanos encadenados al cambio”.

Ha publicado los siguientes libros: Cahier Fluvial, Montreal, Levres Urbaines 1997; El Puente, Montreal, Édition d'Orphée, 1995; La mano en la velocidad, Montreal, Édition d'Orphée, 1993; Alguien soñó que no moría / On ne rêve pas encore à la mort, Montreal, Orphée, 1993; El viejo de los zapatos, Montreal, Édition d'Orphée, 1991; Retro-perspectiva / Retro-perspective, Montreal, Édition d'Orphée, 1991; Palos con palitos, Montreal, Édition d'Orphée, 1990; Rasgos separados / Traits distinctifs, Montreal, Édition d'Orphée, 1989; Índice agresivo, Montreal, Édition d'Orphée, 1987; Alas dispersas, Montreal, Édition d'Orphée, 1986; Cada fruto, Montreal, Édition d'Orphée, 1986; Desde el suelo, Santiago, poemas 1980-1982.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Viejo bacán

Mabel Merlino dijo...

En los cuatro poemas me identifico, quizá por una correspondencia generacional e ideológica, también me parece que las vivencias y experiencias compartidas en lugares diferentes y sin el conocimiento directo, en este caso con el autor, pero cuando se atraviesa por ejemplo el exilio, se palpita un sentimiento común, es algo así como entender lo que el otro dice. Bueno en definitiva, así lo siento yo.