LOS CRISTALES
Nos habíamos tendido
uno frente al otro
sobre la hierba plateada.
El sol brillaba transparente
como un cristal.
El cielo era un cristal celeste.
Tú me dijiste algo,
yo tomé tus manos entre las mías
y alcé mis ojos sin prisa hacia los tuyos.
Fueron para mí tus ojos también un cristal.
Vi, a través de ellos tu alma desnuda.
La inmovilidad de tu silencio,
nuestras penas y alegrías.
Vi tu senda que era la mía.
Vi más allá,
el momento en que junto a mí no caminabas.
Confundido por un instante
vi que el cristal se recogía en una perla
y rodaba por tu mejilla blanca.
Ahora que no te tengo
comprendo que tú también me estabas viendo.
Ariel Blümel Almendra
Grupo La Mancha
Publicado en La Mancha número doce
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