13 de junio de 2008

REFLEXIÓN / Amanda Espejo

SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA INFANTIL

Si nos ponemos a pensar en la importancia que tiene la lectura para los niños, nos daremos cuenta, fácilmente, de que no hay una sola razón, sino, muchas de ellas, a las cuales podemos llegar en forma espontánea y sin rebuscamientos:
Obviamente, la lectura es parte integral del lenguaje y como tal, uno de los pasos indispensables del aprendizaje. Pero, además de aquello, tiene por añadido un resultante emocional que raya en lo mágico, y es que la lectura es el interruptor que sin ruido enciende la imaginación para, en enseguida, abrir la puerta de miles de mundos escondidos que aguardan a ser descubiertos
por los lectores.
Es fácil imaginar entonces, qué maravilla es la que sucede cuando el lector es un niño.
Los niños y niñas son, gracias a su corta edad, seres inocentes y no contaminados con los prejuicios y quiebres valóricos que suelen afectarnos después, a lo largo de nuestra vida. Están en un estado... podríamos decir de gracia, en donde todo lo que observan les produce viva admiración y la fe tácita de que aquello puede ser. Así, sin cuestionamientos.
Los libros infantiles abren para ellos una serie de mundos maravillosos que ellos, en su concepción no maliciosa del mundo, son capaces de vivir como reales y en donde los sucesos que allí se relatan son experimentados como propios, convirtiéndolos fácilmente en los héroes y heroinas de las historias relatadas. Una vez aceptado este hecho, nos daremos cuenta de la importancia que tiene para ellos el tener acceso a estas instancias y a lo sustancial del hecho de que puedan contar tanto con los libros como con los espacios adecuados en donde puedan recrear tranquilamente, lo plasmado en esas páginas.
Si nos damos el tiempo de mirar nuestro diario entorno, veremos que las condiciones reinantes en nuestra sociedad son variables, y en esa variable están insertos nuestros niños y niñas tal como el resto de nosotros.
El libro , como objeto, tiene un valor, y a menos recursos del grupo familiar, menos accesibles son para ellos los libros; negándose con ello la posibilidad a estos niños de acceder al conocimiento y la magia que estos encierran. Es por ello que instancias como esta resultan tan valiosas: es porque encierran mucho más que una tarea cumplida o un acierto que adjuntar a un determinado currículo. Aquí, en este momento se está entregando mucho más que una caja de libros de ciertas características y valor determinado: se está entregando la posibilidad de pensar en igualdad, por lo tanto, este maletín, bien recepcionado, ha de ser un tesoro para ellos.
Por nuestra parte, la del mundo adulto de nuestra comunidad, los niños y niñas son nuestro auténtico tesoro. El futuro ineludible de nuestra sociedad. Cuidémoslos pues, con el respeto que se merecen. Démosle el regalo invaluable de la palabra, día a día, convertida en un trato amable, sin vulgaridades, con respeto hacia ellos, a nuestro lenguaje y a nosotros mismos. Recordemos nuestra propia infancia y convengamos, entonces, en la significancia extrema de saberse valorizado, amado y respetado.

Y, finalmente, simbolizado con estos libros, concedámosles sin vergüenza, el derecho a soñar.




Amanda Espejo


Expuesto durante la entrega de los Maletínes Literarios.

1 comentario:

arjex dijo...

Nada os pertecene en sus vidas, más que vuestros sueños.

un abrazo, José