ENCADENADA
(Homenaje al Día Internacional de la Mujer)
A un espacio infinito que tácitamente
muestra sus barreras.
Encadenada a brazos legendarios que
aprietan con gélidos comandos.
A un paso aventurero y al rumor de
adioses que se quedan
impregnados a las paredes del
alma.
Vivir sintiendo el peso de cadenas que
no dan libertad
y te obligan a seguir el mismo deber
día a día,
cargando dolores milenarios escondidos
en la impunidad del tiempo.
De madre a hija, de madre a hija,
pecados impuestos por un mundo que te
fuerza a inclinar la cabeza,
sin derecho a rebelarte,
pendiendo sobre ti el peso de la
condena, la tortura o la muerte,
como si los siglos no hubieran pasado
y todo fuera una cruel pesadilla.
Sin embargo, bajo el telón del
progreso
estás ahí, desvalida, viviendo el
ayer, la esclavitud del sexo,
encadenada a una privación injusta en
el avance de la tecnología,
sufriendo la miseria que reglas
masculinas han elaborado para ti.
Sin futuro,
como alimaña de carga, entregas a tus
hijos
que se desparraman por un mundo
desagradecido
y traspasas tus dolores a las hijas
que seguirán los caminos del hombre,
imposición que se destaca en el
Medio Oriente, África,
en las comunidades indígenas,
bajo las tiranías.
Encadenada a una existencia primitiva
y aberrante
sin ver la luz, sin horizonte.
Un laberinto deshabitado de rincones
para el descanso.
Una cárcel construida para ti
sin tu consentimiento,
ajena y desprovista de lo más
elemental para subsistir
el rigor del suplicio.
Encadenada,
atada,
humillada.
Sin protección, sin voz ni lugar,
siempre al paso del amo,
del hombre que te compró,
del que te cambia por un saco de trigo.
Del que se queda con tu inocencia.
Vas por un camino de ciegos, sordos y
mudos
masticando tu desdicha,
lapidada públicamente por atreverte a
amar.
Sometida a la circuncisión de tu
clítoris a temprana edad.
¿Quién eres,
que recibes tantos vejámenes año tras
año?
¿Cuándo acabarás por rebelarte
en masa, protestar hasta el infinito,
dar vuelta a la moneda, tomar las
riendas de tu vida?
¿Cuántas más de ti tendrán que morir
sacrificadas,
en manos de un carcelero,
verdugo,
asesino?
¿Cuántos días de las madres o de la
mujer faltan para que recibas
el trato afable, el respeto que mereces?
¿Las llaves de tu libertad?
Marianela Puebla
1 comentario:
Estimada amiga y colega Amanda, muy agradecida por esta publicación, en un tiempo en que aún la mujer lucha por su lugar en la sociedad. Un abrazo cariñosos de Marianela
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