28 de junio de 2015

POESÍA / David Lethei, tres poemas



LUEGO


Luego de tantas, dulces noches albirrojas
entre sábanas
desmadejados, y más tarde
por el ardor
reconstruidos;

Luego de cientos, de caminos estudiados
conversados
y por cierto
perseguidos
sin boceto, ni destino;

Luego de rostros, de parientes
y de amigos
sonrientes
y los hijos
desgranados, por los suelos;

Tú y tu bomba,
y el silencio.

Luego de miles, de vividas
a escondidas
ésas vidas, de los muertos
ésas muertes
repentinas;

Luego del baile, y de la fiesta
la caricia
bajo el vientre
y del gozoso
misterio que dio origen al Hombre;

Luego del alma entre los labios
tras la Historia, y el Tiempo
luego de los besos sincopados luego
de las hambres,
y de todas las pestes que disfrazamos en perfume;

Tú y tu bomba
y el silencio.

Luego de ti y de mí labrando la tierra al son de un himno entonado por esclavos.
Luego de nuestras rodillas gastadas de tanta reverencia y de nuestros ojos cansados del boato.
Luego del amor sentimiento sublime que invoca a lo eterno y que se vende por día.
Luego de los desterrados, mutilados, expatriados, que te amaron, y que por piedad imploraron.
Luego de que las palabras fueron grieta, hojarasca, gravilla y monumento.
Luego de lo puro, lo intangible y nauseabundo.
Luego tú;

Tu bomba

y el silencio.



NIDO


Yo construí un hogar
para ti
para mí.

Y lo llamamos Nido
no de pájaros
ni versos.

Y más que nido, era promesa
era esperanza
era el amor.

Era sanarse
era el olvido
y sobretodo
era el amor.

Era vivirse
era tenerse
y más que todo
era el amor.

Era el futuro
era el presente
y antes que todo
éramos dos.

Yo construí un hogar
uno imperfecto
con sus goteras
y sus entuertos
y sus falencias
y sus inciertos
y sobretodo
antes que todo
por sobre todo

para los dos.

Hoy que no estás
hoy que te has ido
sinceramente;
no sé cómo serruchar la memoria.




BOCA ROTA


Hálleme compuesto de la carne que hiere tus labios
trémulos senderos, exaltados de ocaso
dormidos, casi cerrados; moribundos, abandonados.

Hálleme desnudo refugiado en tu hálito
aura diáfana e implacable
floreciente, casi pura; penitente, oscura.

Hálleme extasiado por la hermosura
plácida comisura,
a la que confío mis silencios.

Hálleme divagando por esa boca tuya.

Hálleme pisando los valles copulares
esos cálidos océanos fragantes
pampas de muerte
febriles umbrales.

Hálleme hecho y deshecho de llagas
en estos precisos instantes
en los que calla la boca tuya.

Hállense intimando nuestras bocas
ambiguas, en la noche
sangrantes, en la danza
de tu boca rota.


(Incluído en / included in "Abismo" -poemario / poems)




Página del autor:  Poesía al Andar

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosos poemas. No conocía a sau autor, muchas gracias por traerlo al blog. Un abrazo cariñoso. Juany Rojas