CANCIÓN DE CIEGOS
( tema del Cancionero Musical de Palacios, S. XIV)
Un día me encontré con un sonido,
un sonido suelto, uno de aquellos
que se oyen por azar;
hijo solitario tal vez,
vaso de agua de una sola gota,
¿qué haces por aquí
débil lámina que vibras,
de qué verso te has caído?
nada de eso, buen amiga,
cabalgo en un caballo
que tú no puedes ver;
el ruido de ciudades populosas,
el paso de los aviones
sobre la cabeza de la gente,
el tráfico de motores,
la gasolina, el petróleo,
el tumulto de los bares,
la gente en el metro,
en el mercado, en el cine,
las cuentas del gas y del agua,
todo impide que tú sepas
de mis locos afanes
de entrar en ese vientre
que pueda fecundar palabras
que se transformen en un verso solo,
o en una estrofa ya crecida y hermosa
que pueda yo doblar su cuerpo,
que contenga mi cuerpo;
es que ya nadie oye a nadie,
es como un anuncio, que tú y yo
nunca seremos un solo cuerpo;
un día me encontré con un sonido,
y como yo no sabía
ni de astronomía ni de matemáticas,
aquel bello sonido que vibraba
se metió por un ojo, y salió por el otro;
he aquí el origen de mi ceguera.
.
Para quererte, para que me quieras,
he decidido aprender
la diferencia que hay
entre fonética y fonología;
mirando tu boca, sigo, paso a paso,
tus duras lecciones; veo
surgir desde la sombra de mi ignorancia
un energúmeno que repite
sonidos extraños y familiares;
me induces a creer que en español
se distingue el sonido “b” de rombo
del sonido “b” de robo; mirando
el movimiento tus labios y la punta
de la lengua que escondes, no entiendo nada;
me explicas que si cambio en un fonema x
la letra “b”,
moviendo los labios y la lengua,
resulta otra palabra distinta,
quizá más asociada a la caída libre
de una manzana en la cabeza,
no lejos de un beso;
y me gusta este juego;
me pides que te de algunos ejemplos;
barco por parco, boca por toca,
y así pasa la hora, la sala se queda desierta,
el conserje apaga la luz,
el alumno que repite sus ejemplos
llevando el ritmo de tu boca,
se queda solo,
piensa sobre un modo imperfecto
de poner la lengua sobre los labios
para pronunciar palabras
que en tiempos medievales se escribían con zeta
Blog del autor: Poesía de Eduardo Embry
1 comentario:
Felicitaciones Eduardo. Poesía contingente, unidas a metáforas e imagenes reales y abstractas. La razón o sin razón del poeta que mira montado en un corcel imaginario que solo él puede ver. Un pié en la tierra y el otro descansando en una nube que pasa turisteando por la metrópoli fria y sin sentido.
Un abrazo a la distancia y felicitaciones de nuevo.
Mario Cáceres Contreras
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