19 de abril de 2011

AQUÍ SE RIMA / Gabriela, la poeta viajera / Editorial Amanuta.



En la feria del día domingo (como en tantas otras), suelen encontrarse libros de segunda mano en puestos no establecidos o del rubro, es decir, los que venden de un "cuanto hay". En uno de ellos fue que encontré este ejemplar de "GABRIELA la poeta viajera y algunos poemas", de Editorial Amanuta. Este libro, bellamente ilustrado por Isabel Hojas, obtuvo el Premio Marta brunet 2008, y es parte del maletín literario que reparte el Gobierno de Chile a gran parte de las familias de escasos recursos del país, con el fin de estimular la lectura y disminuir las diferencias adquisitivas entre uno y otro grupo familiar.
La parte triste de este asunto, es que este ejemplar en sí es uno de los libros obsequiados por medio de esa entidad y que jamás deberían encontrarse en puesto alguno, sino, atesorado en el librero de cualquier hogar. La parte "cómo llegó hasta allí" da para mucho estudio y no será ahora que la toquemos. Sí la gracia y el tino de la forma en que está narrada la vida de Gabriela Mistral, y la más viva aprobación al trabajo de Amanuta en favor de la literatura infantil. Recomendable cien por ciento para todos los hogares donde se quiera sembrar Amor.



A VECES, MAMÁ TE DIGO…


-A veces, mamá te digo,
que me das un miedo loco.
¿Qué es eso, di, que caminas
de otra laya que nosotros
y de pronto, ni me oyes
y hablas lo mismo que el loco
mirando y sin responder
o respondiendo a otros?
¿Con quién hablas, dime, cuando
yo me hago el que duerme…y oigo?
Será con los animales,
la hierba o el viento loco.

-Porque todos están vivos
y a lo vivo les respondo.
También contesto a lo mudo,
por ser mis parientes todos.

-Ja, ja, ja, mamá, la mama,
calla o me lo cuentas todo.

-Me llamaban “cuatro añitos”
y ya tenía doce años.
Así me mentaban , pues
no hacía lo de mis años:
no cosía, no zurcía,
tenía los ojos vagos,
cuentos pedía, romances,
y no lavaba los platos…
¡Ay! y, sobre todo, a causa
de un hablar así, rimado.

-¿Y qué más, qué más hacías?
¡Ve contando, ve contando!

-Me tenía una familia
de árboles, otra de matas,
hablaba largo y tendido
con animales hallados.
Todavía hablo con ellos
cuando te vas escapado.

Pero ellos contestan sólo
cuando no les hacen daño.
No los hostigó mi Santo
Francisco y les dijo hermanos.



De "GABRIELA la poeta viajera y algunos poemas" , Editorial Amanuta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La dulzura de Gabriela permanece inalterable al paso de los años.
Ignorada, injustamente por los poetas de vanguardia parece indemne a todo desde el lugar que nos observa.
¡Ay!, como dice ella, de esa pedantería propia de los años mozos...

Margarita Zaldivar

americacomparini dijo...

Que pena¡ siempre sucede lo mismo. Primero hay que educar u sensibilizar a las personas para que sepan recibir estos tesoros..y que bueno porque llegó a las manos de una poeta que lo valora.