Reseña:
El "Único Lugar" es una especie de umbral entre la intemperie y el encierro del poeta, El afuera es de tierra y el adentro de sangre. Por el umbral transcurre el diálogo de ambos, yéndose y viniéndose recíprocamente. Juegan ahí las soledades y reminicencias. Hablan las avenidas; los poemas se construyen como casas y caen como lluvias; la ausencia grita con desparpajo en el pensamiento y se alborotan las alegrías y las tristezas de los sueños.
El "Único Lugar" se acompaña de noche. De la noche que en el corazón se vierte cuando sobreviene la muerte de los maquillajes y máscaras; de la noche donde, con sigilo, el silencio se convierte en la búsqueda de los ojos cerrados; donde todo el amor se agranda poniendo un manto de respiro a los tejados de una deseada inexistencia.
En este "Único Lugar" no acontece más de lo que se es.
Jorge del Río
(Pentagrama Editores 2003)
Preguntas a una mujer
Querida mujer
¿Eres tú o no eres la que está en mi espejo?
¿Eres tú la que ocupa la silueta de mi amada?
¿Eres tú la que está ahí, dentro de tu cuerpo?
¿Son tus ojos un trocito de tu alma?
A veces creo verte en tus pasos,
creo estás ahí adentro del vestido
y tus pies, que llevan tan bien puestos los zapatos.
Por eso te sigo a veces, hasta perderte.
Otras veces te encuentro en tus manos.
Si cuando besas, pareciera que son ellas
con sus dedos convertidos en cinceles
las que devuelven la forma a mis labios.
Pareciera son tus manos las que hablan
y me llaman
y me dicen adiós
y me ignoran
Pareciera que tus manos sembraron en mí la vida,
que ellas cosecharon mis frutos
y guardarán mis sueños
A veces creo que estás en tus manos
y que tú y ellas, son la misma cosa
En ocasiones pienso son tus ojos donde vives realmente
y que ahí está tu casa.
El jardín que ahí crece contiene tus flores.
El cielo que ahí se abre pareciera que es tu alma.
Es como si en tus ojos estuviera verdaderamente la vida
y que no moriría si estuviera siempre en ellos.
Y otras veces
pareciera que tu boca fuera la única voz del mundo,
y lo que de otras bocas saliera no dijera nada en mis oídos.
Pareciera que es tu boca el fuego,
y tus besos la llama que lo mantiene.
Pero de todo lo que atisbo,
de todo lo que sospecho,
son tus brazos por lo que más me pregunto.
¿Son ellos los brazos de tu sangre?
En tu brazo
¿Viene la vida?
¿Es tu corazón el que impulsa tu abrazo?
A veces me pregunto
si es la eternidad la que baja cuando estamos juntos.
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