ODA AL GUATÓN
¿Guatón yo?
Tal vez será otro, Lucho, Jaime, Daniel, pero yo, ¡No!
Es verdad, a veces me gustan los chunchules,
las parrilladas,
las guatitas y el guachalomo, sin embargo,
las patas de chancho terminantemente ¡No!
¿Qué queréis? ¡Ah!
Que reconozca culpabilidad que no tengo,
¿Asado que no comí, arrollado que no consumí?
Estoy hastiado del ataque artero, ruin, bajo,
bajo el ombligo
de la guata precisaría yo.
Los guatones han sido denigrados, perseguidos,
vilipendeados
acá y acullá, en el siglo reciente y en el creciente,
en el Cairo y en Tombuctú.
Alguien tiene que asumir la defensa de la obesidad
del guatón de la esquina de la vieja Juliá
de tanta charcha denostada
de tanta celulitis incomprendida.
¿Acaso vosotros entendéis el sentimiento de un guatón?
Lo dudo
¡Qué sabéis vos del dolor!
De humitas, pastel de choclo, o lo que es un atracón.
Del buscar a hurtadillas y a trompicones
a las tres de la mañana
la ruta del colesterol, o sea, del refrigerador!
¿Qué sabéis vos de las asociaciones mentales y un
Salpicón?
Lago azul: salmón al horno
Valle florido: costillar de chancho
Alta mar: caldillo de congrio
Árboles mecidos por el viento: codornices escabechadas
Espigas de trigo: pan candeal con chicharrones
Vaca lechera: pan con manjar.
¡Basta! No persigáis más en vuestras vidas a un guatón,
ellos son nobles, puro sentimiento, riñón,
¡¡¡Chunchulines, costillar y corazón!!!
No creáis en falsos profetas que pregonan
la templanza en el mascar.
Mientras sueñan con valkirias
que soban sus vientres henchidos
de tanto masticar.
Dicen que la poesía es indispensable
me gustaría saber para qué sirve
si no, me como un buen bistec,
un chacarero y un calamar.
¡Despojaos de vuestras caretas, olvidad toda frugalidad!
Hablad de guata al país
olvidaos de la dieta del lagarto, de la luna y el conejo.
Caminad por callejuelas colmadas de estrellas
de bares y caletas con chupe de locos
un curanto en tierra, un mariscal.
¡Allá está la Isla de los Guatones!
Hay fiesta cada día
El Caleuche no toca su puerto
La Pincoya baila mirando el mar
la mesa está servida
de caldillos, cazuelas, milcao y chapalele.
Ahora me despido y a modo de liberación
me como un canapé
porque soy guatón…pero no jetón.
Enlaces relacionados:
Benedicto Cerdà, escritor chileno. Autor de: Alhué, poemas y antipoemas; El bombero afortunado y otros cuentos; El tarro con piedras -cuentos-; Miel en la boca y brasas en el vientre; Corazón narco -novela-; Cuando vuelvan los flamencos -novela-.
Actualmente trabaja en una nueva novela que llevará por título "Supermercado de almas".
1 comentario:
Conocí esta semana al autor y hoy a través de ustedes, algo de su poesía. Ambos ¡¡¡¡ un encanto !!!
Publicar un comentario