SECRETO
por las sombras no puedes andar a la ligera
ofrecen tentadores brebajes
para que entres en el reloj de arena
-secreto-
antes de que caiga el último grano
la lucidez del oído
se embriagará con el olfato
-todo se confundirá-
tal vez si aspiras una rosa
entrarás en la lujuria
de convertir el tacto en un abismo
espejo astillado
locura incierta
primitivos reflejos
en el magma que trepa valiente
exaltando lo pasivo
escucho la voz que me recuerda
ríe para alejar las sombras
la risa es una llave
abre
lo que teme la oscuridad
siente que ya no vas tras ella
y el tiempo de la risa
despliega una luz propia
en un amanecer perpetuo
repitiéndose y repitiéndose
© Cecilia Ortiz
® Ceremonias en fuga
TENGO UN PEZ
que navega mis torrentes
un pez blanco bien blanco
se alimenta
de mi mala sangre
la convierte
en orquídeas salvajes.
Por la noche
abandona mi cuerpo
cubierto de escamas en plata
llega al río
que marrón lo aguarda
y
navega otras aguas
aumenta de tamaño
suelta aire y suelta y suelta
el aire que con sórdida esencia
se detuvo (intrépido)
por debajo de mi piel
sin aviso sin malicia sin sentido.
Regresa
apenas mis pestañas
aletean
al borde del amanecer
y
otra vez
mi pez blanco bien blanco
navega por mis torrentes.
Me navega.
© Cecilia Ortiz
MI PARAGUAS Y YO
Tenía un paraguas acomplejado. Siempre preguntaba por qué tenía que salir cuando estaba lloviendo.Le expliqué siempre. Pero él insistía en sus preguntas, cada vez más frecuentes.
Lo saqué al balcón y lo dejé abierto boca arriba a pleno sol, en esos días de 36 grados a la sombra. Se lo veía tan feliz, que lo dejé. Por la noche escuché que golpeaba el vidrio muy despacito.
Salí pensando que se había insolado y me encontré con un paraguas diferente, creí que no era el mío, me confirmó que sí.
Tenía sed. Bebió tanta agua que quedó lleno hasta el borde. Me tranquilizó con movimientos casi de danza árabe.
Esa noche no dormí y me asomé al balcón cientos de veces.
Había cambiado de color o era la luna que lo alumbraba y se veía diferente. Dormí soñando que mi paraguas estaba lleno de sol y me despertaba con la habitación radiante de amarillo.
Al amanecer lo vi. Arcoíris hecho paraguas. Sin agua y luminoso.
No quiso estar más al sol.
Está en el paragüero. A veces lo escucho cantar.
Cuando llueve es el primero que llega a la puerta, en el ascensor casi no puedo contenerlo.
En la calle es un príncipe, delicado, no molesta.
Todos nos miran. Sí, nos miran. Porque mi paraguas parece una farola. Se le quedó el sol en la panza, como dice él.
© Cecilia Ortiz
® Birlibirloque
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Premios y menciones en: EDEA, Club de Leones Buenos Aires, Editorial CIENy Bao Bab, Ronda Literaria, Gente de letras, Municipalidad de Avellaneda.
Algunas páginas de la autora:
http://ceciliaortiz.blogspot.com/
http://zonadefuego-lapalabra.blogspot.com/
Enlaces relacionados:
http://www.palabrasdiversas.com/palabras/poetas_dentro.asp?nombre=Cecilia%20Ortiz
1 comentario:
Mancho con mucho placer y alegría mis saludos y agradecimiento. Abrazo de puentes en palabras!
Cecilia Ortiz-
Argebtina
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