Descubriendo a “El Principito”
Por Magda Lago Russo
Lorenzo
terminó la tarea escolar; se quedó en la casa pensando en leer un libro de la
completa biblioteca de su padre. Con sólo doce años disfrutaba de la lectura como
él. Esa media tarde se sentó en el sillón
preferido del padre y buscó en los estantes más cercanos de la biblioteca, un
libro al azar.
De
pronto sus ojos tropezaron con uno pequeño, lo toma en sus manos, sus hojas amarillentas,
un poco ajadas, por el pasaje de varias manos.
Su
curiosidad es mayor, al leer el título: "El
Principito” de Antoine de Saint - Exupéry.
¿Un
libro de cuentos infantiles en la biblioteca de su padre? ¿Cómo podía ser si los
suyos los guardaba en su habitación?
Antes
de leerlo, comenzó a pasar las páginas: variados dibujos, de un elefante, un niño con
un saco hasta los pies, una espada en la mano, una rosa en el cuello y una estrella en cada hombro.
- “¡Qué
raro parece de otra época!".
En otra hoja, tres ovejas
más adelante otro que al pie decía: El
Principito sobre el asteroide B612.
- "¡Ah! ¡Es de extraterrestres!”
Con apuro
por saber de qué se trata, comienza a leerlo; su interés va aumentando a medida
que se suceden las páginas. Así se entera de las aventuras de un
niño, que viene de un lejano planeta, del tamaño de una cajita de juguete.
Cuando llega a la tierra encuentra a un aviador abandonado en medio del inmenso
desierto del Sahara porque su avión había sufrido una falla mecánica.
-¡Qué bueno qué está! -comenta en voz alta- Parece que
conoce varios planetas, cómo cinco..
Cada vez su interés aumenta.
- ¡No! conoce dos más: el
séptimo es la Tierra. ¡Cómo narra las aventuras que tiene en los seis
planetas antes de llegar a ella!
Estaba tan entusiasmado con la
lectura que ya casi no distinguía las letras. Se había hecho la noche. Pronto
sería la hora de cenar, de modo que abandonó la biblioteca con el libro que
llevó a su habitación para seguir investigándolo. Pasó parte de la noche
leyéndolo, pero sus párpados se cerraban y vencido por el sueño se durmió.
Soñó
que se encontraba sobre una esfera azul, rodeado de estrellas muy brillantes
mientras se acercaba a él un niño cuyo cabello rubio resplandecía como el oro,
le extendía una rosa y sin mediar palabra desaparecía. Al despertar al día
siguiente no podía apartar de su mente al Principito. Se promete a sí mismo que lo
terminará de leer esa tarde y por mucho tiempo será su libro de cabecera, pues
quiere recordar pensamientos como el que quedó grabado en su mente: “No se ve
bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos" .
Hablaría con su
padre; quería saber la explicación.
*****
Ilustraciones: Plástico Peñaloza, para la versión de EL PRINCIPITO realizada por Calafate Cartonera.
Magda Lago Russo - Nació
en Montevideo – Uruguay - Químico
Farmacéutica.
Co-Fundadora del Taller de Creatividad
Literaria “La aventura de escribir” de la YWCA Costa de Oro (Uruguay). Incursionó en
talleres literarios sobre: Realismo Mágico, Literatura Clásica y Contemporánea.
Clubes del libro, con la presencia de autores uruguayos del momento como:
Claudia Amengual, Gonzalo Abella, Tomás de Mattos Cursos:”La palabra y la
comunicación” “Taller de reflexión intergeneracional”.Participó en talleres de
lectura (UNI3, YWCA DE MONTEVIDEO) Producción Literaria: Narrativa Editada
Novela grupal:”Las cuatro estaciones”. 2004. Novelas cortas individuales:”La
caja de Nyco” (2005) “De recuerdos y
soledades”(2006) ”Todo tiene su tiempo”, ”Mundos Diferentes.” Cuentos Breves. Revistas literarias. Recibe
dos menciones de honor: 1997 y 2006 respectivamente de la Revista “Xicóalt” (Estrella Errante) de la Organización Yage
(Asociación pro Arte, Ciencia y Cultura Latinoamericanas) de Salzburgo.
Colaboró con las Revistas Virtuales: Remolinos, Nido de Palabras y Molino de
Letras. Colabora con la
Revista Archivos del Sur,
Encontrarte y Cinosargo.
Finalista del Concurso “Historias de Inmigrantes” de la Revista Archivos
del Sur (2010).
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