Cuando pase el temblor...
La madrugada del día 27 de Febrero del año 2010, quedará grabada para siempre en la memoria de quienes habitamos gran parte de esta larga faja de tierra. A las 3:34 Hrs. de aquél sábado, casi tres cuartas partes de nuestro país se convulsionaron en mayor o menor grado, sembrando la destrucción y causando el pánico en la totalidad de sus habitantes.
El violento sismo que llegó a tener 8,8 grados en el epicentro, estremeció íntegramente no sólo la corporalidad de nuestros compatriotas , sino, hasta lo más profundo de sus conciencias. Y es que la catástrofe producida por el terremoto – calificado como el quinto más violento a nivel mundial – vivió , a los pocos minutos su contraparte en el mar, sumándose a la desgracia en tierra, intensos tsunamis a lo largo del borde costero.
Para todos los que vivimos la experiencia, en alguna parte de los eternos minutos en que sentimos que el cielo y la tierra entera se desmoronaría sobre nosotros, resultó, hay que admitirlo, imposible sustraerse al recuerdo de las viejas profecías en cuanto a “ el fin de los tiempos”. Más aún, para los que conservan viva en la retina imágenes de la reciente película 2012 que, como toda creación efectista, caló hondo en las sensibilidades de espectadores de toda edad. Claro que esta vez, no hubieron efectos especiales.
La cruda realidad desplegada con la simpleza que identifica las expresiones inevitables, superó la aplaudida ficción por el sólo hecho de ser eso: realidad. El asombro, el miedo y hasta terror que se apoderó de todos los actores reales en esta situación, no necesitó más de dos minutos y fracción para rebajar a todo ser humano al estado primitivo de indefensión que tuvieron los primeros habitantes de este planeta. Nada, nada se pudo hacer contra la fuerza viva de la naturaleza en constante evolución, y no hubo tecnología top, o aparato complejo de última generación que pudiera hacer frente a aquello o, tan siquiera ponernos a salvo. Toda la tecnología computacional y comunicacional al mismo tiempo, nada pueden hacer sin una base de energía encauzada por el hombre. Sin embargo, a modo de bofetada en el rostro, la energía viva, en estado “salvaje”, nos vapuleó hasta los cimientos con un simple corcoveo en vías de un acomodo del planeta.
Resulta aconsejable y hasta de primera necesidad el detenerse a pensar en ello....y también en la soberbia solapada que solemos portar cada uno de nosotros a medida que avanzamos en poder material y en niveles de conocimiento. Es indudable que hay etapas del saber que nos saltamos o ni siquiera las presentimos, sobre todo, con respecto a la sabiduría principal de conocernos a nosotros mismos y el tipo de relación que deberíamos mantener con nuestro entorno.
Durante las horas que siguieron al desastre, hemos podido ser testigos de la degeneración del ser humano frente a situaciones límites. Sin duda, hoy como nunca, vuelve a recobrar vigencia la frase del pensador Thomas Hobbes, Homo homini lupus, “El hombre es un lobo para el hombre”. Y esta vez, para vergüenza nuestra, no es en algún país africano, asiático o una isla lejana inmersa en la miseria: esta vez es en el nuestro: nuestro orgulloso Chile, punto de encuentro obligado de recitales internacionales, festivales y eventos faranduleros y de divertimiento. Es el mismo Chile admirado por su avance y estabilidad económica que salió en menos que canta un gallo de la crisis económica que afectó mundialmente a la humanidad el año pasado. Un Chile (mi Chile) ad portas del desarrollo, sin niveles de desnutrición y sin analfabetismo, con una construcción sólida y asísmica que, sin embargo, dejó ver “la hilacha” en varios edificios, puentes y hasta hospitales recientemente construidos.
El Chile cuyos habitantes se pueden dar el lujo de veranear casi sin excepciones, de celebrar cada navidad o fiesta principal comprando hasta lo innecesario y en donde hasta en los lugares de menos recursos no falta la “chela” (cerveza) ni el asadito para el partido clasificatorio ni para pasar el fin de semana en compartimiento con la vecindad. Es a esa misma vecindad, la que ahora el movimiento de tierra desparramó por el mapa y apartó también de las consideraciones. El abuso, el saqueo sin razones ni miramientos, hizo presa de una parte de “nuestros vecinos”, quienes se consideraron en primer lugar en cuanto al cumplimiento de sus necesidades básicas.
Es muy fácil y básico razonar así: YO tengo hambre, YO tengo sed, miedo, angustia o lo que sea, pero ninguno de esos saqueadores estaba sin un techo sobre sus cabezas, las partes de su cuerpo están completas y su raciocinio tan en buen estado - o limitado, según se mire – como para urdir estrategias para su beneficio.
¡Qué vergüenza produce observar aquello! ¡Qué dolor del ser humano por el ser humano mismo!, por el deterioro que se puede llegar a manifestar en nuestra especie en presencia de una situación límite. Y qué remezón a nuestras conciencias entumecidas por los logros varios del día a día.
A pesar de tantos siglos de evolución de la especie sobre el planeta, nuestro interior no ha evolucionado lo suficiente, y tal vez nunca lo haga, en el sentido de que lo arcaico siempre puede permanecer en nuestro interior por mucho que lo maquille la modernidad. Sin embargo, no podemos olvidar que somos seres pensantes, con capacidad de comprensión, capaces de autoanalizarnos en descarnado y sin miedo para que, producto de tal examen, podamos conocer bien nuestras debilidades y fortalezas y así, sepamos mantener a raya nuestro impulsos primitivos tal como corresponde a personas civilizadas, seres realmente evolucionados que no deseamos en ningún modo volver a la época de las cavernas.
Afortunadamente y como el opuesto necesario para lo anteriormente descrito, así lo han entendido gran cantidad de jóvenes y personas de toda edad que, lenta pero ciertamente, comienzan a organizarse para ir en ayuda del semejante que realmente sufre, ese, al que nunca deberíamos desconocer puesto que es, ni más ni menos, uno más de nuestros propios reflejos multiplicados infinitamente en cada uno de los átomos de vida que conforman esta esfera rebosante de maravillas, riquezas y estallidos llamada Tierra.
Habrá, cuando pase el temblor, que sentarse a reflexionar sobre el sentido que le deseamos dar a nuestra discontinua existencia para que, otra vez enfrentados a el derroche de vida ( La verdadera fiesta, a decir de Georges Bataille) expresado por las fuerzas vivas de nuestro planeta -sepamos reaccionar e interactuar dignamente en ella.
Amanda Espejo
Quilicura, 2- marzo - 2010
Quilicura, 2- marzo - 2010
12 comentarios:
Mis queridos hermanos chilenos:
Reciban mi solidaridad para con ustedes y todo vuestro pueblo en este difícil momento que están pasando.
Mis deseos que Dios les dé fortaleza y valentía para superar cada una de las situaciones que deban enfrentar.
Tengo la certeza de que cada uno de ustedes comprenderá este mail general, pues siempre me comuniqué de manera personal. Ahora sentí la necesidad de usar las mismas palabras con todos ustedes.
Un abrazo fraternal y mi compañía en este profundo dolor.
Desde mi corazón deseo se encuentren bien, lo mismo su gente querida.
Estoy con ustedes
Analía
--
Analía Pascaner
http://www.convozpropiaenlared.blogspot.com
Estimado/a amigo/a:
Debido a los recientes acontecimientos en su país, y debido a nuestra amistad literaria, quería expresarte mis buenos pensamientos para tu pueblo y mi deseo que ni tu ni tus seres queridos/as hayan sido víctimas de esta calamidad. Además, me pongo a disposición para cualquier necesidad, con mi humilde capacidad.
Un gran abrazo y mucha fuerza para salir de este reto nacional.
Afectuosamente,
Andrés Norman Castro A.
San Salvador, El Salvador, C.A.
Antonio Arroyo Silva
¿Cómo están? Estoy preocupado. Un abrazo.
Mis queridas amigas y amigos, enterado del trágico terremoto que asoloesta madrugada gran parte de su hermoso, les hago llegar mi abrazo de solidaridad y hermandad, testimoniandoles mi tristeza y dolor por la perdida de vidas humanas, deseando fervientemente que ustedes y sus familiares se encuentren bien y con la fuerza suficiente para seguir adelante.
Espero tener noticias suyas.
Un abrazo.
F. Hugo Noblecilla P.
Tumbes - Perú
Amanda, realmente tus palabras me pegaron fuerte haciéndome pensar en la tragedia, la esencia del ser humano y en el fin de los tiempos... Anoche mismo soñé con La Serena, lugar que conocí el año pasado gracias a la invitación que recibí de Luis Aguilera -Presidente de la SECH- por intermedio de mi amiga escritora Amelia Arellano. Fue un sueño absurdo -como todos mis sueños- pesado y de sombría pesadilla: una construcción se retorcía y oía sólo el silencio... depués, desperté sobresaltado... Ya pude comunicarme con algunos hermanos chilenos: Luis Aguilera, Javier Milanca, etc. y quisiera saber cómo se encuentran César Retamar y Sergio Neira. Si alguien sabe algo, por favor escríbanme a esta dirección de correo: oliva_angeldario@hotmail.com
Saludos afectuosos y solidarios a todo el pueblo chileno.
Darío Oliva
Villa Mercedes-San Luis-Argentina
Amanda querida, cuánto lamento lo ocurrido. Es una verdadera tragedia.
Deseo que estés bien dentro de todo y que las fuerzas dignas, morales, éticas-culturales no abandonen al pueblo chileno.
Cariños.
Darío Oliva.
Amanda, qué cerca se siente uno de tus palabras y las chilenas penas actuales. No pierdo la esperanza de que todos nos encontremos donde sea a festejar la vida. Y esto vale para todos y cada uno de los habitantes del grupo. Te mando un abrazo fraterno, Amanda. Y te recuerdo, obvio, en otra Amanda. Eduardo Dayan.
P.D. Ese amanecer tembloroso debía estar en Santiago, el el Congreso de la Lij, y no pude ir, por desórdenes de mi edificio, cirucunstancialmente carente de todos los servicios... ¡Vaya con la vida!
correodayan@fibertel.com.ar
Mi Chile es hoy un cóndor herido,
un huemul temeroso.
Este cóndor herido necesita reparar
sus alas para que empiece a volar.
Este huemul temerosos necesita palabras de consuelo y cariños a montones para darle seguridad.
Será en el tiempo una cicatriz que
mostraremos al mundo con la humildad de la ezistencia bendecida
y el respeto por la fuerza de la
naturaleza. seremos dignos habitantes de ésta temblorosa tierra mía, que tiene que amanecer
de nuevo.
¡VAMOS CHILENOS, ARRIBA!
Medeliz,
somos un pueblo de resilencias marcadas...saldremos de esta como hemos salido de muchas
FUERZA CHILE!!!
besitos :=)
A todos mis hermanos chilenos. A través de estas palabras -espero- lograr que sepan que sentimos el mismo dolor que su tierra y que por lo menos por medio de la palabra brindamos nuestro corazón y hermandad para con ustedes. En 1985 nosotros sufrimos lo mismo que ahora ustedes estan padeciendo, por lo mismo sabemos que detrás de toda esta destrucción hay una luz y que ésta se manifestará poco a poco para dar claridad a sus vidas como una renovación del epíritu. Se vienen grandes cambios en el planeta y ya comenzó por América, en Haiti y ahora en su amado Chile. Esto sólo es parte de los avisos de bonanza que se vienen, a veces para lograr el sueño hay que llorar y ya lloramos mucho, ahora es tiempo de darle una sonrisa al mundo. Desde mi México que es de ustedes, toda la buena fe y esperanza para su gran nación. Con mi admiración y respeto.
Obed González Moreno
Claro Amanda, es cierto que existe solidaridad, pero también hay conciencia que esa no sirve realmente, es útil para el show de la TV, pero al solución está en las manos de los que tienen el dinero realmente y nuevamente tratarán de hacer un buen negocio con la reconstrucción del país.
Jorge
La verdad, querida Amanda, que me llegó tu comentario justo cuando yo estaba escribiendo otro, lo dejé de lado y leí. A medida que avanzaba en la lectura mi regocijo iba en aumento, pues era una mujer nuestra la se expresaba de una forma increíble. Me dio mucha alegría al terminar de leer, me sentí orgulloso
que mi amiga, gran poeta, dijera verdades indesmentibles.
De seguir con mi comentario habría sido absurdo, pues no creo lo pudiera igualar y me sonreí complacido.Lo tiré. Tome tu comentario y lo mandé a todas partes, incluyendo muchos países extranjeros. También lo llevé a la SECH.Después de eso, esperé. A poco andar, recibí muchos elogios para Amanda y nadie trató de imitarla o dándoselas de "entendido"... Al César lo que es del César y ese cimentario vale más que todos los que se hicieron...
Soy agradecido de la naturaleza por tener una amiga como Amanda Espejo. Una gran mujer y una gran poeta.
Publicar un comentario