4 de junio de 2009

POESÍA / Nancy Ramírez A.





EMIGRAR


Cómo detener al hombre campesino
que abriendo la puerta de los días
sale silbando al murmullo de otras tierras.
En busca de otros surcos encauzó sus pasos.

Se pudren abandonados el azadón y la horqueta
y los yugos abrazados, ya no pueden empujar
a la carreta del tiempo que no puede detenerse
y que el rumor del polvo y la maleza cubrirán.

La hierba, murras, arbustos, crecen muy desordenados
se disputan los espacios, la casa, patio, el rosal
dando vueltas y revueltas, avanzando
latido a latido, bajo la noche o con potente sol.

La casa sin moradores
quedó sentada en el tiempo,
agujereada de estrellas
picoteada por la lluvia.
El techo no se conmueve
ni con el cantar de un grillo
que escondido en los manzanos
llora también su olvido.

¿Por qué los hombres soñamos
con otras tierras lejanas,
por qué inútilmente buscamos
lo que otros jamás encontraron?
¡Es inútil, no hay remedio!
Somos profunda materia.
Tanto buscar y perder
tanto ir, tanto venir
tanta queja, tanta burla
SI ES TAN BREVE LA EXISTENCIA
y quizás, en el camino
PERDEMOS LO QUE BUSCAMOS.




Nancy Ramírez Arancibia
Publicado en La Mancha número trece.

Ilustración: Antología Poética Chilena , Pehuén.

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