30 de octubre de 2012

LARGA DISTANCIA / Cristian Bertolo, desde Barcelona






Blues de la Libertad



Se me acercó la Libertad una vez. Te lo juro. Y la sentí tan próxima  como a una caricia de madre. Se me acercó por detrás mientras yo estaba parado de cara a un tímido sol en la esquina de la plaza. Se me acercó como una sombra de Mayo, suave y a traición, seductoramente suave y creciente al girar en torno a las campanadas que avisaban de la hora del té y la salida de la oficina.

Esperando estaba yo, viendo la manera de llegar lejos, como aquellas nubes que lejanas en el horizonte iban viniendo hacia mí por encima de las moles de lo concreto. Venían maquinalmente negras y pomposas como un poema sacro. Esponjosas y negras como vello púbico, como una veta de bronce en bruto.
Se me acercó por detrás y me dijo al oído: “Allá donde el viento me sople te sabré desembocadura de turbio río, que de las lágrimas se mezcla al mar, donde las penas de la vida líquida se trasmutan en placeres inmortales, allí donde tu noche te será eternamente blanca, te dibujará un rubor en las mejillas, y todo lo que de ahí en adelante quieras te será concedido, salvo cualquier deseo de avanzar descalzo, eso es solo cosa de dioses y de hombres…”

Me di la vuelta espantado. Sentí un frío filo de daga en mi espalda que bajó estremecedoramente  clavando su filosa punta desde las cervicales hasta las temblorosas rodillas. Tambaleante y enfebrecido, giré en torno a mi metro cúbico, y apenas sosteniendo  mi estupor no encontré nada, solo pude divisar una masa informe que ondeaba confusa, como un arroyo suburbano alrededor mío y de las cosas, como un ecosistema de alimañas y basuras flotando en la superficie a merced de una corriente estancada, girando estrambóticamente abrasada a mi polarizada vista como un enjambre de bolsas camiseta de supermercado que plateando bajo el inestable sol, tan brillantes y cochinas, parloteaban y se mezclaban con las aves residentes que iban picoteando un mendrugo de pan salado rechazado al costado de los cubos de basura municipales.

Un sudor frío empapó mis sobacos.

22 de octubre de 2012

LARGA DISTANCIA / Poemas de Eduardo Embry, desde Inglaterra









UNA VACA INFINITAMENTE BLANCA



Una vaca blanca frente a mí,
una vaca infinitamente blanca
como el dedo más pequeño
que asoma su cabeza por
los huecos que tengo en mis zapatos;
esto es, un monstruo blanco
parado ante mis ojos,
una vaca
que no deja pasar a nadie,
viéndola que tranca el camino,
me acuerdo de aquel de la pluma gloriosa
que nace en Florencia y es desterrado
por vida en Ravenna,
y me digo:
si paso me llevo esta
bestia por delante,
pegada me la llevo en mi anzuelo,
la vaca por cierto es un pez
infinitamente grande,
de penacho alto lleno de nieve,
la vaca es una montaña;
me lleno de estupor
pensando,
que de tanto mirar sus ojos
este pescado grande, maldición,
me convierta
en un pobre gato de agua dulce,
que al derretir la nieve en primavera
haga temblar el cielo de ramas verdes,
verdes ramas, verde
que ya no te quiero.





17 de octubre de 2012

LARGA DISTANCIA / Ivana Szac, desde Argentina.






Del libro MUJERES Y TABACO PARA LA LUNA (mayo 2012)




“Mujeres gruesas de tentación”
Leopoldo Castilla 



La mujer muestra toda
su humanidad,
el hombre se esconde
adentro de un caramelo.
Ella irradia tempestades
y él conquista
en todos los precipicios.

* * *

Se muda a una calle
de roja profundidad.
Vuelca su sexo
en el centro del espejo.
Con labios de azúcar
con cabellos de alga
Juega
y desnuda su rabia
como una prenda íntima
abierta
al abismo.

* * *

Mujeres con tacos
esperan el crepúsculo,
compran tabaco para la luna.
En las esquinas
llenan sus copas con deseos.

La piel se renueva cada noche
se deslizan en las sabanas
con aullidos solitarios.

La ciudad se quiebra
en ese cuadrado prohibido
a la hora de la despedida.

* * *

Ella
llega con aroma a puro cielo,
con amores en el bolsillo
cadáveres en la sonrisa.
se expande por el horizonte,
y entra despacio
en la boca del espejo
para no verse más.

* * * 

Ella estampa su soledad
en papeles de vidrio
Juega con su cáscara
se desarma
en los cuadrados del viento
extinguiéndose en el barro
y revive en el papel.

* * *

Tu sexo dinamita
nuestras mitades,
nos amamos
en un territorio femenino
con sirenas en mi vientre.
La luna derrama
su orgasmo blanco
y mi lengua
se tatúa en tu pecho.


Ivana Szac

Mural de Lean Frizzera
http://museourbanita.blogspot.com/2011/08/entrevista-lean-frizzera-las-mujeres-de.html



16 de octubre de 2012

NARRATIVA / Renzo Rosso Heydel


              


DEBUT
          

        Traerá esa rutina bien asimilada para la función de mañana, el público no debe advertir que es Ud. actriz primeriza o novicia como Julie, casi inexperta. Debe ser dama y diva desde el primer segundo, cuando no sucede así, le juro, señorita, que nada se consigue más tarde, el ángel se tiene o no se tiene y punto, nada sacará después con estudiar, aprender o ensayar si ya no tiene adentro, desde que nació y antes todavía, cuando sus padres entre gozo y gozo la estaban gestando, el ánimo que hace falta para salir adelante en este tipo de asuntos.

          Sí… sí… yo la entiendo, pero créame que es así, siento que sea tan jovencita, que mí forma de hablar tal vez la desconcierte, o le pueda procurar incomodidades, que para eso ya le pagó el papá todo el primer año de estudios de arte escénico en la universidad y que usted viene aquí sólo para tener como solventar los gastos personales  porque sólo para eso no más de los estudios alcanzó el bolsillo familiar, pero vea usted, en una de tantas si le resulta como a Francisca o a Ingrid o a la Marlene, se podrá ahorrar muchos años de universidad y barajar todo por sí misma…

        Tiene razón, pero, no se preocupe, eso de que tiene poco tiempo y de que la prende el nervio a todas les pasa, serán tres o cuatro minutos y si nació reina, no se darán  cuenta, todos al tiro sin más nos prendaremos porque  yo presiento mi señorita que sí, que nació usted reina, o a lo menos princesa, que yo no la engaño. Algo parecido le habría dicho con socarronería el Sancho, ése de Don Quijote, de estar en mi situación ahora…  

       ¿Es que ya  había advertido que tengo cultura y soy hombre con estudio? Así de verdad es con humildad y simpleza ¿Sabe?... Es que usted con sus ojos casi celestes y su todo tan bien cuidado, seguro que si no son de reina, lo son por lo menos de persona importante, como la doña esa que administra todos estos locales y destina a propósito justo, cada una de sus dependencias…Sí…sí… Usted debuta mañana y después de la función sólo le pedimos que comparta  un trago largo en una mesa con alguno de los asistentes.



Renzo Rosso Heydel
Publicado en La Mancha PURO CUENTO

Ilustración de Zara Badhí ( Plástico Peñaloza).

10 de octubre de 2012

LARGA DISTANCIA / Ruth Pérez Aguirre, desde México






LA VIDA PRIVADA DE UNA PALABRA


RUTH PÉREZ AGUIRRE. MÉXICO.
                                                    .

     -¡Me voy, me voy! Definitivamente dejo este lugar cuanto antes, no soporto vivir más en el anonimato entre tantas palabras famosas y engreídas.
     -Piénsalo bien, Ñufla, piénsalo bien. ¿Ya tienes dónde acomodarte?, o sólo lo dices movida por un berrinche –le dijo con voz suave, tratando de calmarla un poco, Ñandú, que vivía cerca de ella y con el cual Ñufla sostenía una bella relación de amistad desde hacía muchos años.

     -Pues me voy, eso es lo único que sé. Ya está lista mi valija, ¡para lo que voy a llevar! ¿Qué puede detenerme aquí, en esta página, cuando no tengo el arraigo de lazos familiares? Es uno de los motivos que me mueven a hacer esto que te parece una locura. –Decía, casi llorando--. No cuento con la fortuna que posee la mayoría, como Zapato que tiene tantos familiares. ¿Has visto las fiestas que hace? Llegan muy contentos Zapata, Zapatazo, Zapateado, Zapateador, Zapateadora, Zapatear, Zapateo, Zapatería, Zapatero, Zapatera, Zapatilla, Zapatito, Zapatita, Zapatudo y Zapatuda. Y eso sólo por mencionar a Zapato que ayer lo encontré bailando muy contento con Zapatilla.

     -Deja la envidia por un lado y céntrate en tu realidad, querida –continuó impasible Ñandú con su voz acompañada de un hermoso aleteo.

     -Es que no puedo quedarme cruzada de brazos, Ñandú, no tengo a nadie, no sólo cerca de mí sino en todo el diccionario. ¿Crees que no me dan ganas de llorar cuando veo que muchas palabras, casi todas, tienen una familia con la cual identificarse? Cuando miro pasar a Tener, por ejemplo, me dan ganas de saltarle encima y atacarlo; no es ningún objeto cuya foto pueda verse, aun así su definición abarca gran parte de la página. Cuando nos encontramos, tiene el descaro de mirarme con sorna, con tal desprecio, como diciéndome que no tengo ningún derecho a continuar aquí, aunque ocupe un simple lugar de tan sólo dos sílabas. Y no se diga más de Pasar, Ser, Vivir… y todos esos vanidosos de primera.

     --Ay Ñufla, lo que pasa es que tienes la cabecita llena de cochambre. ¿No ves que ellos son verbos y están llenos de compromisos? Son muchas las cosas que hacen, por tal razón sus definiciones son enormes –le decía, queriéndola consolar.

     -Pues estoy harta de esta mediocridad. --¿Sabes que puedo irme de fiesta, mejor dicho de juerga, sin que nadie se dé cuenta ni pasadas varias semanas? Ah, pero que no hagan lo mismo Pascua, Papel, Pollo… a ellos sí que iban a extrañarlos. En cambio a mí ni siquiera un despistado escritor me buscaría. Soy tan insignificante que si me cambiara de página, por mi propia voluntad, nadie iba a notarlo. Pudiera conformarme con ser más pequeña, de significado muy corto, pero al menos que apareciera una figura que dijera: ésta es Ñufla. Pero no, ni siquiera eso. Ni yo misma sé que definición es esa de “cosa sin valor”. ¡Qué vaguedad! ¡No lo resisto!

     -Vamos, vamos, debes mirar lo positivo de tu caso. Tal vez en los diccionarios no seas una gran aportación, pero que me dices si te fueras a un glosario y…

     -¡Bah! ¡Para qué quiero irme a un glosario si no se venden en las librerías! Mira qué cosas dices, Ñandú. Tú sí podrías irte a uno de animales y ser una palabra muy importante, con ese cuerpo imponente que tienes, pero yo ni eso puedo hacer, mi significado es tan poco “significativo” que no entra en ninguna categoría. Además, ¿te das cuenta que las palabras que comenzamos con “ñ” ni siquiera llegamos a ocupar más de una página en un buen diccionario que se precie de serlo? En muchos otros, que son pequeños, no aparezco por ningún lado. Eso me dijeron Ñú y Ñaña que siempre están en todos.

     -¡Basta de lamentos, Ñufla! Resígnate a ser quien eres y lleva la vida con orgullo. Al menos sabes que los editores nunca te quitarán de tu lugar como hacen con las palabras que caen en desuso.

     -Pues si piensan quitarme o no, antes quiero darles la lata –decía, mientras desempacaba sus efectos personales que había puesto en la valija –un día de estos voy a meterme en otra página y me cambiaré la “ñ” por la “n” porque sé muy bien que en otros idiomas no existe esta letra y menos les da por buscarme. Es más, muchos de nuestros usuarios creen que mi nombre comienza con N. ¡Es terrible haber nacido para ser confundida por cualquier otra!

9 de octubre de 2012

MICROCUENTOS de Mario Cáceres Contreras








TANGO


     Bailamos tango a la perfección. Los pasos básicos, el ocho adelante, el ocho atrás, el semicírculo y caminamos elegantes por la pista.  Después de 40 años bailamos tango, suavemente unidos y por primera vez, mirándonos a los ojos con amor.


 QUIRÓN


      Nos embriagamos en vino y decidimos ingresar al juego de la verdad. Desnuda, a duras penas caminaste hacia el centro del dormitorio, y allí, expresaste que estabas bajo la maldición de Casandra, esa maldición que obliga a decir la verdad, pero que jamás se le creyera. Sin mirarme, confesaste que eras infiel y mentirosa. Entonces asumí la forma de Quirón con la apariencia de un centauro, y fui herido por tu flecha, con el veneno de la traición sin posibilidad de cura alguna; al ser inmortal mi dolor se convirtió en perpetuo, más allá de la muerte, por toda una eternidad.



EL PLACER DE FUMAR


     Dibujé tu cuerpo con el humo de mi cigarrillo y pronto fue disuelto por el aire del pasado. Volví a fumar y el fuego del odio alumbró la noche, cenizas se depositaron en el suelo, para sepultarte en el más profundo de los  olvidos.


EQUIVOCACIÓN


     La muerte, por primera vez se equivocó de casa. Golpeó tres veces mi puerta.


SORPRESA


     Antes que el Bautista fue Adán. Por voluntad de Supremo Hacedor le fue otorgado poner el nombre a todo  lo creado, sobre la faz de la tierra. De este modo le puso nombre a cada uno de los animales y a todas las especies habitantes del mar, quienes con paciencia esperaron en la playa. Cuando le tocó el turno a las flores. Adán las indicaba con el dedo y decía: Margarita. Rosa, Violeta, Azucena, de pronto algo se cruzó frente a su índice y dijo Mujer. Se detuvo sorprendido porque a esa flor la conocía con el nombre de Lilit.


SALIDA


      El minotauro, en el apogeo de su vejez, casi sin aliento y al límite de sus fuerzas, descubrió en idioma inglés el cartel que indicaba la salida.



(Cuento breve, finalista 2012 en "Santiago en 100 palabras", en que participaron más de 68.000 personas)

Mario Cáceres Contreras.

                      

8 de octubre de 2012

LARGA DISTANCIA / Antonio Flores Schroeder, desde México





VAMPIROS SIN SENTIDO


Los vampiros salimos de madrugada
de los libros empolvados
que los lectores olvidan en los baños.
Subimos a sus autos
enfilamos por la Gómez Morín
cuando el corazón se nos derrama
sobre los adverbios de la muerte
o el asiento del copiloto.
Vamos en busca de todo y nada
y a gritos nos llama la sangre
que ensucia el Paseo Triunfo de la República
con el opio de las balas invisibles.
Aunque debo admitirlo
nos atraen más otros ruidos:
secuestros de voces inmóviles
extorsiones a la paciencia
o la semántica de la impunidad.
Luego, sin encontrar los rastros de nuestras amantes,
regresamos a dormir a las páginas por esas calles
vacías
tristes
y más oscuras que nuestras almas.


6 de octubre de 2012

NARRATIVA / Hugo J. Suárez Domínguez

Sumándonos al homenaje que se le hace a Hugo J. Suárez Domínguez (1950-2012) este sábado 6 de octubre a las 16:00 horas en el parque central de la cabecera municipal de Bochil, queremos compartir este cuento de su autoría, publicado recientemente en La Mancha PURO CUENTO:







EL QUE CON TRAGO CENA...




"¿Qué culpa tengo yo que hayan bebido trago? Me hicieron venir al pueblo... ¿Y todo para qué?";

-¡Pero miren quiénes están aquí!

Es sábado, es mediodía. El rancho se engalana con la visita repentina. No es un hecho cotidiano. En la región cada quien es dueño de su propio feudo, y es casi imposible que un potentado busque a otro, excepto si es su compadre y lo tiene en alta estima.

-Como la montaña no viene a nosotros...

-Esto hay que celebrarlo. ¡María, ven a ver...!

La hospitalidad provinciana se instala y preside cada palabra, cada comedimiento en honor de los recién llegados. Bocadillos y bebidas refrescantes para los menores. Y como en todo gran acontecimiento, la botella reservada para la gran ocasión abandona su lugar de reposo; ocupa un sitio central en la mesa del comedor, y queda a disposición de los dignos convidados.

"Ahora que Micaela quería visitar a su familia"

La charla es amena, regocijada y natural, con el sabor de la tierra que todo lo da. Y entre comentarios, risas y atenciones mutuas, los dos compadres brindan por el gusto de volver a verse. Las esposas e hijos de ambos conversan de sus cosas aparte.

Más tarde, el grupo de mayores se ve reforzado por otros visitantes oportunos, que se incorporan con los mismos honores. Las copas menudean entre los hombres y los efectos se hacen cada vez más evidentes.

La llegada de la comida -tonificante caldo de gallina, tortillas calientes y mucho picante- sirve al mismo tiempo de tregua y acicate para continuar con la conversación vivaz. Luego una y otra botella, hasta agotar la provisión, hasta ver llegar la noche y quedar cada quien en el lugar que lo haya sorprendido la borrachera.

"Si el pueblo estuviera cerca, menos mal. Pero son dos leguas de ida y dos de venida"

Se ha cerrado el telón de este intenso acto y en poco tiempo todos concilian el sueño según el motivo de su cansancio. Cada quien sueña según lo que ha bebido y comido durante el festivo encuentro. Con la boca reseca, los bebedores sienten que la frase “el que con trago cena, con agua se desayuna” les golpea el cerebro toda la noche. Por eso anhelan ver pronto la luz del día, para curarse este mal.

Amanece. El sol se esparce en profusión para el que quiera bañarse en él; es fresco, mimoso e ideal para pasar el domingo a gusto con la familia. Todos así lo perciben, menos los que llevan aún en la sangre el fuego del alcohol. Los estragos de la jornada anterior no son para menos. En el campo se bebe aguardiente de fabricación casera, y éste no se cuida de refinamientos.

"¿Cómo diablos se les ocurre encargarme dos cosas?"

Lo que se ha dicho de que “un clavo saca otro clavo”, en estos casos es palabra divina. Otra copa -eso es- piensa alguien reanimado por la idea. Pero las reservas se agotaron desde la víspera, y sólo en el pueblo es posible encontrar otra botella para el urgente alivio.

-Hay que mandar a Pascual.

-Que compre trago y algo de carne seca, para saborearlo como debe ser.

El aludido comparece ante los patrones. Su condición de trabajador de confianza no le da derecho de réplica; simplemente recibe órdenes y obedece. Toma de mala gana los dos billetes.

-Con éste -le explican- compras el trago; con este otro, la carne. Pero te apuras, porque estamos que ardemos y no queremos tomar agua; es malo.

A partir de ese instante, la espera impaciente, la tentación de mitigar la sed con agua fresca de fruta recién cosechada, la pena de rehusar el almuerzo de la anfitriona. Ninguna otra idea puede sustituir la de reconfortarse con una copa y carne de la que sólo en el pueblo saben preparar. Eso motiva que cada figura que se insinúa en la senda de llegada al rancho, agite los corazones vehementes de los que padecen el martirio de la resaca.

"Con este compras el trago; con este otro, la carne. ¿Pues qué creen que es tan fácil? Ya voy llegando, pero como cansa la subida"


3 de octubre de 2012

INVITACIÓN / Tranvía Poético en Buin.



Desde Buin, nos llega esta invitación a compartir. Créanlo,  vale la pena: hemos estado presentes en alguna actividad  de Agrupación Cultural Tranvía  y ...son buenas. Más aún tomando en cuenta quienes exponen y acerca de qué poeta.




VIERNES 5 DE OCTUBRE 20:30 hrs.
CENTRO CULTURAL MAIPO
Manuel Montt 353 Buin.

1 de octubre de 2012

NARRATIVA / Marcela Royo Lira



          


                  LAS MANOS


            Clementina no supo en qué momento las manos comenzaron a ejercer un poder especial en ella. Una noche, se descubrió imaginándolas sobre su cuerpo y el goce desconocido que le provocaban. Al día siguiente, cuando fueron reales ante ella tuvo un sobresalto. La taza con el café se volcó sobre la bandeja y un quejido escapó de su boca. Escuchó la voz, por primera vez.
            -No se preocupe. Fue mi culpa.  Creo que todavía estoy medio dormido.
            Poco más de un año hacía que trabajaba en el Casino del Aserradero San Jorge, en una de las islas del sur. Entre el escaso personal femenino y los trabajadores no había contacto. Un delgado tabique de madera los separaba. Sólo se veían las manos, que entregaban y recibían las bandejas.  Como una forma de hacer más entretenidas las horas Clementina comenzó a imaginar a los dueños de las manos que veía en el estrecho surco.
            La primera vez que vio “esas” manos no le agradaron. Grandes, toscas, de nudillos fuertes y dedos cortos. Las imaginó pertenecientes a un hombre vulgar.  La mañana en que, por un descuido, sus dedos rozaron la piel áspera   una sensación que no conocía la estremeció. Tuvo que pedir ayuda a una compañera para que continuara con la entrega de bandejas, mientras ella se lavaba una y otra vez, simulando enjuagar los platos.
            El juego nocturno de las manos continuó durante meses.  Se descubrió esperándolas con ansias en lo oscuro de su cuarto para imaginarlas sobre ella. Ágiles, fuertes, de una ternura insospechada.
            Una noche, el juego se rompió.
Las manos que siempre imaginó fueron reales. Y unos labios húmedos buscaron los suyos.  




                                                    

             EL AGUIJÓN





Amanece. Blanca se levanta y se dirige al cuarto de costura. Allí, doblado en dos, sobre el respaldo de la silla, está el mantel que Emilia había bordado con esmero durante semanas. “Es una belleza”, susurra y acaricia las flores mientras el dedo índice sigue la curva de los hilos. Cierra los ojos, visualiza  a su hija con la cabeza gacha, cantando a media voz y la aguja deslizándose con rapidez, cambiando del verde al rojo o el marrón.  “Si parece que alguien, en un descuido,  dejó caer las rosas sobre el género”, dice la mujer, ensimismada.
Hace mucho que Emilia viene sólo de visita, cada vez de menos horas, como si un lazo invisible la arrastrara hacia la otra casa.  ¡Esa casa!”, quiso gritar, pero se contuvo. Prometió mantenerse serena.
Prepara café y tostadas para el desayuno. Luego, espera. Escucha la bocina del furgón escolar que recoge a los niños de la casa de la esquina. Un perro ladra y alguien pasa silbando por la vereda. El sol entra por la ventana,  Blanca  mira en el patio la higuera y un zorzal que picotea el pasto.
             Rato después, sentadas frente a frente, observa el semblante grave de Emilia.  Ya no ríe, reconoce,  sólo se le escucha cuando es verano y la casa de enfrente mantiene las ventanas abiertas.
            -Hija…  –suplica a media voz.